La confirmación de Santiago Bausili como presidente del Banco Central durante la gestión de Javier Milei, junto con su papel como mano derecha de Luis “Toto” Caputo, marca un capítulo significativo en la dirección económica de Argentina, según fuentes de La Libertad Avanza. Bausili, quien fungió como secretario de Finanzas durante el liderazgo de Caputo en el Ministerio de Finanzas de Mauricio Macri, fue ratificado recientemente y ocupará el cargo actualmente ocupado por Miguel Ángel Pesce.
Con 49 años, este economista, egresado del Colegio Cardenal Newman y licenciado en Economía de la Universidad de San Andrés, traza su camino en la esfera financiera. Su trayectoria incluye roles destacados en entidades como el Deutsche Bank, tanto en Buenos Aires como en Nueva York, y su posición como vicepresidente de J.P. Morgan.
Anteriormente, fundó la consultora Anker Latinoamérica en colaboración con “Toto” Caputo, la cual recientemente ha cerrado ya que la mayoría de sus integrantes se unirán al equipo entrante del Ministerio de Economía.
Se prevé que Bausili, íntimamente relacionado con Caputo, continúe la política fiscal establecida por este último para combatir la inflación. Asimismo, se le encomienda la tarea de asegurar reservas de dólares para contrarrestar una eventual fuga de activos hacia divisas y hacer frente a pagos de hasta u$s6.000 millones en el primer trimestre.
Su visión económica aboga por una moratoria previsional y una reforma fiscal integral en sintonía con el acuerdo establecido con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Bausili propone que los ahorros provengan de una moratoria en la aplicación de la reforma fiscal, la reducción de subsidios en energía y transporte, manteniendo una postura de intervención mínima en el mercado cambiario.
Sin embargo, su gestión previa en el Estado no estuvo exenta de controversias. Se ha cuestionado su decisión de contratar al Deutsche Bank, entidad que anteriormente había dirigido, como gestor de colocación de bonos de deuda externa, otorgándole una compensación de u$s8,4 millones. Además, enfrentó acusaciones por “negociaciones incompatibles” en la emisión de títulos de deuda externa durante su período como funcionario.
A pesar de haber sido procesado en dos ocasiones por estas acusaciones, la Cámara Federal revocó su procesamiento, evidenciando una serie de debates judiciales en torno a su gestión anterior.