La economía de Rusia se enfrenta a una recesión sin precedentes en la historia reciente del país. Las voluptuosas sanciones de Occidente están golpeando a sus mercados con violencia y en breve lo harán también en su economía, si no lo están haciendo ya. Tanto es así, que las agencias de rating prevén un default inminente de la deuda rusa pese a que su nivel de apalancamiento es relativamente pequeño si se compara con el de los países desarrollados. Rusia está a punto de caer en una recesión que podría dejar en ‘nada’ la sufrida durante el covid o la de la crisis de deuda de los 90.
Fitch ha sido la última agencia en dar un toque claro a Rusia. Este martes la agencia de calificación ha rebajado la nota de la deuda soberana de Rusia seis escalones más hasta ‘C’. La propia tabla que publica Fitch en su web revela que esta calificación es sinónimo de default inminent with little prospect of recovery (impago inminente con con pocas posibilidades de recuperación).
Hace pocos días, la agencia de calificación Moody’s rebajó la nota de la solvencia soberana del Gobierno de Rusia a ‘Ca’ por la expectativa de que los controles de capital del Banco Central de Rusia restrinjan los pagos transfronterizos, incluido el servicio de la deuda de los bonos del gobierno. “La rebaja a ‘Ca’ está impulsada por las grandes preocupaciones en torno a la voluntad y la capacidad de Rusia de pagar sus obligaciones de deuda”, subrayó en un comunicado la agencia que indica que la perspectiva del país continúa siendo negativa.
La entrada de divisas en Rusia se ha cortado en seco ante el repudio internacional a los bienes y servicios fabricados en el país. El ataque masivo sobre Ucrania ha generado gran animadversión a nivel global que está teniendo su reflejo en las relaciones comerciales y financieras con Moscú. Hasta las exportaciones de gas a Europa están en peligro pese a la enorme dependencia del Viejo Continente.
Mientras que la entrada de divisas se ha frenado, el capital intenta huir de Rusia esquivando los controles impuestos por el Gobierno de Vladimir Putin. Como consecuencia, el rublo se deja ya más de un 40% frente al dólar desde que comenzase la invasión.
Los CDS están disparados
La situación es crítica para la economía rusa. Los CDS (Credit Default Swap) del bono ruso a cinco años se han disparado y ya casi alcanzan los 3.000 puntos. Esto quiere decir que para asegurar 1.000 euros (nominal de un bono) de deuda rusa hay que aportar casi 300 euros (un 30% del nominal). Por ejemplo, para asegurar un bono español a cinco años solo se necesitaría aportar un 0,46% o 46 euros, en caso de que el nominal fuese de 1.000 euros también.
La agencia de calificación señala que por decreto presidencial se podría forzar una redenominación de los pagos de deuda soberana en moneda extranjera a moneda local para acreedores en países específicos. Es decir, Moscú podría convertir algunas de sus deudas en dólares u otras divisas en rublos, lo que supondría una pérdida más que notable para los acreedores del país. Ni la fuerte subida de tipos del Banco de Rusia ha servido para frenar la sangría que está viviendo el rublo.
“El aumento de las sanciones y las propuestas que podrían limitar el comercio de energía aumentan la probabilidad de una respuesta política de Rusia que incluya al menos el impago selectivo de sus obligaciones de deuda soberana”, ha asegurado la agencia calificadora en un comunicado.
Una recesión histórica
Los economistas de JP Morgan aseguraban la semana pasada a sus clientes en un informe el viernes que esperan una contracción del 7% en PIB para este año, mientras que Bloomberg Economics pronostica una caída de alrededor del 9%. Hay que recordar que la economía se contrajo un 5,3% en 1998 en medio de la crisis de la deuda. Hay que recordar que el PIB se contrajo poco más de un 3% en Rusia durante la crisis del covid en 2020. De modo que la recesión que vivirá la economía rusa este año podría acercarse más a la gran crisis que vivió este territorio durante la desmembración de la Unión Soviética entre finales de los 80 y principios de los 90.
A corto plazo el golpe está siendo intenso, pero a largo plazo la situación no parece mejor. La intensa fuga de empresas internacionales y la congelación de sus inversiones supondrá un lastra para la productividad del país y, sobre todo, para la innovación y desarrollo tan dependientes de la inversión extranjera directa y de la transmisión de conocimientos que se produce a través de este tipo de inversión.
La economía de Rusia tendrá también que lidiar con una inflación desbocada que se acentuará a medida que el desplome del rublo encarezca en términos relativos las importaciones de bienes y servicios. Ya se ha podido ver recientemente como el desplome de la lira turca ha disparado la inflación en Turquía.
Próximos pagos
El 16 de marzo, Rusia debe pagar 107 millones en cupones a través de dos bonos, aunque tiene un período de gracia de 30 días para realizar los pagos, los expertos de las agencias de rating dudan de la capacidad (o voluntad) del país para pagar estas obligaciones.
Desde la agencia Scope Ratings también alertan de la difícil situación a la que se enfrenta la economía rusa y los acreedores que le han prestado dinero. Las severas y reforzadas sanciones económicas y financieras por parte de EEUU, la UE, Reino Unido y otros socios internacionales en respuesta a la rápida y prolongada escalada de la intervención militar de Rusia en Ucrania, están socavando gravemente los fundamentales crediticios de Rusia y su capacidad para garantizar el servicio de la deuda a tiempo.
Las sanciones tienen otras implicaciones adversas para la economía y la estabilidad financiera de Rusia, haciendo que el país sea más vulnerable a las crisis bancarias y de liquidez a corto plazo. La aguda pérdida de confianza de los inversores queda reflejada con la retirada de los valores rusos de los principales índices bursátiles, incluidos el MSCI Emerging Markets y el FTSE Russell, aseguran desde Scope Ratings.
Las consecuencias económicas, financieras y políticas de la crisis actual socavarán gravemente las perspectivas macroeconómicas a medio plazo, la estabilidad financiera, la credibilidad institucional y las ya débiles condiciones de inversión de Rusia, lo que dará lugar a un acceso muy restringido a los mercados financieros y de capitales extranjeros, a un aumento de las salidas de capital, a un endurecimiento de las condiciones financieras y a un debilitamiento de las reservas financieras.