El PJ se reunió horas después de que el presidente renunciara a pelear la reelección y en el albertismo ya empiezan a aceptar que el Gobierno vaya en las primarias con una sola fórmula.
El propio Alberto Fernández, que en su video pidió que hubiera PASO, se acercó a la sede del partido en la calle Matheu, luego de filtrar que sólo participaría por zoom. La persiana metálica del PJ se cerró cuando entró el presidente a la reunión y los fotógrafos se la agarraron con “El Jirafa”, el custodio que Oscar Parrilli le “prestó” a Alberto en épocas de concordia y que este viernes estuvo a cargo del operativo de seguridad.
“Cagones”, gritaron los trabajadores de prensa gráfica, enfadados por no poder capturar la imagen del Jefe de Estado.
Se trató del primer encuentro luego de más de dos meses desde la creación de la mesa del Frente de Todos, que se inventó para obligar al presidente a que decline su candidatura. En aquella helada noche de febrero, el kirchnerismo presionó durante más de cuatro horas a Alberto para que se definiera, a la par del lanzamiento de un operativo clamor a favor de Cristina. Este viernes, con Alberto ya bajado, la reunión duró 15 minutos.
Agustín Rossi, que se anunció como candidato del albertismo esta semana, admitió a la salida del encuentro que podría haber una lista única, si bien no descartó que haya dos o tres. Esa definición diluye apenas unas horas después el “legado” del Presidente, que es definir las candidaturas del Frente de Todos en las PASO, para sortear la lapicera de Cristina.
Rossi chocó así con Santiago Cafiero, mano derecha del presidente que también se acercó a Matheu, que dijo este mismo viernes que “los candidatos van a surgir de las PASO”.
“Es importante en lo interno la legitimidad con las PASO para seleccionar candidatos y avanzar en mecanismos de selecciones modernos para democratizar el espacio, en un tiempo donde las derechas antidemocráticas están creciendo y los discursos de odio son los que más prenden”, agregó el canciller.
El choque de Rossi y Cafiero no es casual. “Se odian”, sintetizó un colega del gabinete. De hecho, el canciller trabaja abiertamente por la candidatura presidencial de Daniel Scioli, en un abierto ninguneo a las aspiraciones de su colega rosarino.
Pero el desorden en el albertismo es evidente. Otro de los presentes en Matheu, el diputado Eduardo Valdés, de diálogo permanente con Alberto, fue más lejos que Rossi y pidió directamente ir con una sola fórmula para evitar lo que sucedió con Aníbal Fernández y Julián Domínguez en las elecciones bonaerenses de 2015, cuando la interna se descontroló y contribuyó a la derrota del peronismo.
En un sector del peronismo creen que la única chance de llegar competitivos a octubre es salir primeros en las primarias y por eso, tras el paso al costado de Alberto ya se empezó a debatir un nuevo escenario con la chance de que haya un solo candidato.