El PRO continúa jugando a endurecer la interna como si Juntos por el Cambio ya tuviera asegurado un triunfo electoral. El ejemplo más claro es lo que está sucediendo en la provincia de Buenos Aires, un distrito decisivo que la oposición ya ganó en las elecciones de 2021 y en el que hoy enfrenta complicaciones debido a las divisiones entre los seguidores de Larreta y Bullrich. La primera señal de tensión máxima en la disputa fue dada por Patricia Bullrich al confirmar que presentará listas propias para las PASO en los 135 municipios bonaerenses, con el objetivo de presionar a los intendentes para que apoyen su candidatura. Pero Horacio Rodríguez Larreta ya ha definido su contraataque: si no se logra consensuar una lista de unidad para fortalecer a los 22 jefes comunales del PRO, competirá en todos los distritos con sus propios candidatos.
La decisión de Larreta es una respuesta directa al anuncio que Bullrich hizo la semana pasada en un encuentro en Lanús con Néstor Grindetti, su precandidato a gobernador. “Tomamos una decisión que no tiene vuelta atrás”, dijo Bullrich. “El proyecto que se lleve adelante, desde Tierra del Fuego hasta La Quiaca, en la Ciudad de Buenos Aires, en la provincia de Buenos Aires y en cada una de las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires, está alineado con un proyecto de cambio absolutamente coherente, decidido a que ese cambio tenga determinación, fuerza, carácter y no se quede a medio camino. Por eso, quiero ratificar que es una decisión tomada tener una fórmula en la provincia de Buenos Aires y candidatos a intendente en cada uno de los 135 municipios”.
Hasta ahora, el jefe de Gobierno respaldaba el reclamo de muchos municipios para aplicar el esquema de la “v” en las elecciones: un solo candidato a intendente con varios candidatos a gobernador y presidente. Esta fórmula es impulsada principalmente por los intendentes que no quieren comprometerse con ningún candidato presidencial y buscan asegurar su continuidad. Sin embargo, ahora la presidenta del PRO multiplicará sus propios candidatos en aquellos distritos que no la apoyen exclusivamente, y lo nuevo es que su rival en la contienda presidencial hará lo mismo. La guerra es inevitable.
En este escenario, habrá batallas en cada municipio. Por ejemplo, un larretista declarado como Ezequiel Galli, intendente de Olavarría, competirá con Dalton Jáuregui, alineado con Cristian Ritondo. Héctor Gay, intendente de Bahía Blanca, uno de los intendentes que se pasaron al bando de Bullrich, se enfrentará a Andrés De Leo, de la Coalición Cívica, ahora apoyado por Larreta. Además, en el equipo del jefe de Gobierno se están evaluando posibles candidatos para enfrentar a Diego Kravetz en Lanús, territorio de Grindetti.
Si bien el precandidato a gobernador de Buenos Aires, Diego Santilli, eludió confirmar la nueva estrategia electoral, expresó: “Mientras nos desangramos entre nosotros, mostramos divisiones y hacemos de la interna nuestra estro un constantes, fracasaremos.