La reforma laboral impulsada por el mega DNU 70, liderado por el presidente Javier Milei, ha generado divisiones entre cámaras empresariales y sindicatos. Aunque las medidas fueron temporalmente suspendidas debido a medidas cautelares, las críticas persisten en medio de un contexto donde la informalidad laboral afecta al 41% de los trabajadores.

El análisis detallado revela una caída del salario real en los últimos seis años, especialmente para los trabajadores no registrados. La discusión se centra en el “cercenamiento de los derechos laborales” según los sindicatos y la modernización de la legislación laboral según entidades empresariales.

Las propuestas para mejorar la situación laboral incluyen el llamado a un diálogo tripartito entre Estado, empresarios y sindicatos, una medida ausente en el DNU. Se destaca el programa “Emplea Pyme” como una alternativa que propone reducir las contribuciones patronales para nuevas relaciones laborales y beneficiar el primer empleo de jóvenes.

Se plantean en el Congreso proyectos como la reducción de la jornada laboral y mejoras en la inspección e instituciones laborales para combatir la informalidad. También se aborda la necesidad de un régimen tributario simplificado para aliviar la presión fiscal, considerada un problema tanto por empresarios como por trabajadores.

La reforma laboral en Argentina no solo ha generado debate sobre derechos laborales y protección del empleo, sino que también ha abierto el diálogo sobre alternativas para mejorar la situación de los trabajadores y promover un mercado laboral más justo y eficiente.