Tras el balotaje y a horas de la reapertura de los mercados financieros, la incertidumbre se apoderó del escenario nacional en medio de idas y vueltas, rumores no confirmados y una crisis económica y social de gran magnitud. El anunciado encuentro entre el presidente electo, Javier Milei, y el actual mandatario, Alberto Fernández, para dar inicio formal a la transición entre ambas administraciones, no se concretó aún, aunque se espera que pueda llevarse a cabo el próximo martes por la mañana. Hasta el momento, la única confirmación fue la continuidad de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía hasta el traspaso presidencial del 10 de diciembre. Inicialmente, se dijo que Massa no tomaría ninguna decisión hasta después de la reunión entre Milei y Fernández.
Durante este lunes, los allegados a Fernández minimizaron el impacto de la falta de confirmación del encuentro con Milei, argumentando que la reunión sería principalmente “protocolar” y que la transición se trata más de una cuestión administrativa que política. Aunque reconocieron el valor simbólico que tendría la foto entre ambos presidentes, elegidos democráticamente, compartiendo aunque sea unos minutos.
Adentrándonos en un Territorio Desconocido
En medio de esta incertidumbre, se mantuvo en suspenso el futuro de Massa al frente de Economía tras su derrota en las urnas, donde quedó 11 puntos por detrás de Milei. En su discurso de aceptación de la derrota el domingo por la noche, Massa dejó un mensaje ambiguo sobre su futuro en la cartera económica, generando cierta incomodidad puertas adentro del oficialismo. Este sentimiento creció al no recibir una negación clara sobre su supuesta licencia hasta el 9 de diciembre.
A pesar de esto, los allegados a Fernández aseguraron que no hubo malestar con Massa debido a sus declaraciones ni tampoco que él haya insinuado que debía ser él quien liderara la transición con Milei. “Es lo que corresponde”, afirmaban. Enmarcaron las declaraciones de Massa y la respuesta de Milei, que responsabilizaba al gobierno actual por lo que ocurra en el país hasta el 10 de diciembre, como un simple “intercambio discursivo”. Negaron la posibilidad de que Massa diera un paso al costado, enfatizando su compromiso histórico con el oficialismo.
Sin embargo, pasaron más de 20 horas hasta que se confirmó la continuidad de Massa al frente de Economía, todo esto ante un telón de fondo preocupante: la reapertura de los mercados financieros el martes.
En una economía devastada por una inflación descontrolada, “cualquier acontecimiento podría desatar el caos”, expresó un dirigente oficialista, reflejando la desilusión por la derrota y las fallas dentro de la coalición. A la decepción del domingo se sumaron pronto la ira y los reproches, que amenazan con crecer en las próximas horas.
El Encuentro, sin Fecha Confirmada
La falta de definiciones sobre el encuentro entre los presidentes saliente y entrante marcó la jornada poselectoral. “La transición es puramente administrativa en lo que respecta a la administración pública. Es una formalidad institucional”, sostenían los allegados a Fernández, mientras agregaban que habrá reuniones para definir firmas y presupuestos, incluso después del 10 de diciembre. Señalaron que lo que se discute en este tipo de encuentros es principalmente quiénes llevarán a cabo los diálogos de cada equipo, generalmente encabezados por los jefes de Gabinete. Sin embargo, esto no ha ocurrido aún, según afirman desde la Casa Rosada, donde niegan cualquier diálogo entre Agustín Rossi y Nicolás Posee.
Fue Marcos Peña quien coordinó el diálogo entre los presidentes la noche del domingo, luego de la aceptación de la derrota por parte de Massa y antes de la celebración de Milei. Desde la residencia de Olivos, Cafiero contactó a Guillermo Francos, futuro ministro de Interior, con quien tiene una relación de años. Ambos hablaron de conectar a Fernández y Milei, lo cual finalmente se realizó a través del teléfono del diputado Eduardo Valdés, uno de los acompañantes de Fernández la noche del domingo.
Además de Valdés y Cafiero, estuvieron presentes en la residencia presidencial el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, y el secretario General, Julio Vitobello. Ambos llegaron más tarde, desde el búnker y el Centro de Cómputos del Correo Argentino, respectivamente. Olmos y Vitobello volvieron a acompañar a Fernández en la jornada del lunes, a la que también se sumó la portavoz, Gabriela Cerruti.
De No Creer | Carta a Massita: Fullerías que te Han Fallado
El domingo por la noche, Fernández expresó sentirse “devastado” por el resultado. La derrota en sí no tuvo atenuantes. “No era enojo lo que sentía, sino tristeza”, describieron fuentes cercanas a LA NACIÓN. “No hay manera de mitigarla. Fueron 11 puntos y prácticamente en todo el territorio”, detalló una de las fuentes consultadas. Mientras algunos veían en esto la dificultad de “poner la banda” a Milei, otros eran más críticos. “Para Alberto, colocar la banda en Sergio era la oportunidad de mostrar que algo había hecho bien a pesar de todo”, comentó un exfuncionario.
“Este es el peor desenlace. Él quería cerrar su administración dejando a su ministro de Economía, pero no funcionó. En esta derrota se encierran los 150 puntos de inflación, la foto del cumpleaños en Olivos en plena cuarentena, el vacunatorio vip y que él sea el foco de todas