La situación en torno a la Vía Navegable Troncal, parte de la Hidrovía Paraná-Paraguay, está sumida en un marcado contraste entre el silencio del ministro de Infraestructura nacional, Guillermo Ferraro, y las afirmaciones del gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, quien aseguró que el Gobierno nacional tiene la voluntad de avanzar con la licitación, aunque sin brindar detalles técnicos.
El plan de licitar nuevamente el dragado y balizamiento de esta vía, bajo la órbita de la Administración General de Puertos (AGP), es un secreto a voces y figura en los planes de Javier Milei. A pesar de un decreto previo (949/2020) firmado por su predecesor, Alberto Fernández, Milei podría llevar a cabo esta licitación pronto. Sin embargo, la redacción de los pliegos y la elección del ganador están siendo observadas de cerca por las embajadas de China y EE. UU.
La AGP, encargada actualmente del dragado y balizamiento, subcontrató a Jan de Nul desde 1995, cuando esta empresa asumió esta tarea durante la presidencia de Carlos Menem. La administración de Alberto Fernández convocó una licitación en 2022 que quedó sin resolver, descalificando a tres de las cuatro compañías participantes, dejando a Jan de Nul como la única que cumplía los requisitos.
En este contexto, las embajadas de China y EE. UU. están ejerciendo presión. China busca participar y prevalecer en la licitación, alineando la importancia de la Hidrovía con los principios de cooperación de su programa de la Ruta y la Franja. Por su parte, EE. UU. apoya a Jan de Nul y busca que la nueva licitación siga los estándares de la anterior, en la que esta empresa belga compitió sola.
El negocio de la Hidrovía, con antecedentes de corrupción, tráfico de influencias y controversias, ha sido motivo de investigación. Gabriel Romero, vinculado a este negocio, se vio envuelto en la pesquisa de los “Cuadernos de las coimas”. Este empresario chatarrero, sociable con la familia Alfonsín, se convirtió en socio local de Jan de Nul. Sin embargo, la relación se resquebrajó cuando Romero fue señalado en investigaciones de corrupción.
Mientras EE. UU. busca limitar la influencia china en este negocio, los productores argentinos esperan una nueva licitación para mejorar la competitividad de sus exportaciones. China, a la vanguardia, busca un dragado amplio para facilitar la navegación de sus buques cargueros, evidenciando su interés al aprobar la importación de maíz y sorgo desde Argentina, un paso para consolidar su influencia en este estratégico negocio.