Prisoners Defenders documenta torturas en cárceles de Cuba

La ONG Prisoners Defenders anunció este martes (30.05.2023) que ha recopilado información sobre 181 personas catalogadas como prisioneros políticos -de los 1.277 que acumula Cuba desde abril de 2022 hasta marzo de 2023- para, tras extrapolar diferentes estadísticas sobre su encarcelamiento, lograr documentar una quincena de “patrones de malos tratos y torturas”.

La investigación -catalogada por la ONG como el primer estudio integral sobre la tortura en Cuba, que se presentó este martes en una conferencia telemática desde en Madrid- busca extraer conclusiones de los casos y experiencias de estos 181 prisioneros políticos, a los que se entrevistó mediante formularios, si estaban en situación de contestarlos, así como de los testimonios de sus familias.

Los equipos investigadores han hallado 15 patrones de tortura que se repiten en un porcentaje elevado de casos, como la privación de la atención médica, la desorientación intencionada, los trabajos forzados, el confinamiento prolongado, las agresiones físicas y la privación de líquidos, alimentos, sueño o comunicación con familia, defensa y allegados, entre otros.

“Los resultados son descorazonadores sobre la situación de los detenidos y presos políticos en Cuba y la situación de maltrato degradante, vejatorio y torturador a la que de forma general son sometidos, tanto en las detenciones como en las prisiones”, recalca el informe.

La privación de comunicación es la más prevalente de las torturas, citada por 84 % de las personas encuestadas, seguida de la humillación, degradación y maltrato verbal (75,6 %), la privación de atención médica (72,62 %), las agresiones físicas (67,86 %) o los confinamientos de castigo en solitario (60,71 %).

“Todas estas formas de tortura son aplicadas de forma generalizada y sistemática, sin ninguna limitación, salvo (podemos intuir) la objeción de conciencia de algunos mandos o guardias. Es alarmante que todas las torturas más comunes son, si las analizamos, un conjunto de herramientas sencillas y directas, y que no requieren excesiva necesidad de control”, denuncia el informe.

En el caso de las personas prisioneras más jóvenes, es especialmente prevalente -además de las comunes al conjunto de los encarcelados- la privación de comunicación con familia, defensa y allegados, que experimentaron 73 % de quienes participaron en la investigación, mientras que entre las mujeres se menciona de manera especialmente común el uso de la temperatura como mecanismo de tortura (71 %).

Los datos de esta denuncia se trasladarán a diversos organismos internacionales como los comités contra la Tortura y de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, así como su Consejo de Derechos Humanos y varios relatores especiales de la organización; también se transmitirá a Human Rights Watch, Amnistía Internacional y a Embajadas y representantes de más de 50 Gobiernos democráticos, entre otros destinatarios.

ama (efe, 14 y medio)

DW

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