El artículo relata la experiencia de Mauro Ocampo, un empleado del Patronato de Liberados bonaerense que sufrió discriminación por parte de su jefa de delegación, Stella Maris Malerba, debido a su discapacidad y la falta de su ayudante. A pesar de denunciar la situación internamente y ante el INADI, Ocampo no recibió una solución satisfactoria y, en cambio, fue trasladado compulsivamente a una oficina a 30 kilómetros de su casa.
El autor destaca la falta de apoyo de la gestión de Axel Kicillof en el caso de Ocampo y menciona la reputación de La Cámpora en cuanto a vendettas y persecuciones. También critica al INADI por no abordar adecuadamente la discriminación por parte de militantes de La Cámpora.
En general, el artículo señala la importancia de tomar medidas contra la discriminación y el acoso laboral en el ámbito público y privado, y la necesidad de que las autoridades responsables tomen medidas efectivas para proteger a los trabajadores vulnerables.