PASO suspendidas pero con reloj en contra: cruje el oficialismo bonaerense

La Legislatura bonaerense no logró este miércoles avanzar con la suspensión de las elecciones primarias (PASO). Aunque el Senado ya había aprobado el proyecto la semana pasada, la negativa del kirchnerismo a modificar los plazos del calendario electoral paralizó el tratamiento en la Cámara de Diputados, dejando en el aire una reforma clave para el oficialismo provincial.

El punto de conflicto no es menor: cuando la provincia de Buenos Aires decide desdoblar sus elecciones de las nacionales —como evalúa el gobernador Axel Kicillof—, debe regirse por la ley electoral 5.109, sancionada en 1946. Esa norma, diseñada para una provincia de menos de un millón de electores, establece apenas 10 días entre el cierre de listas y la presentación de boletas. Hoy, con más de 13 millones de votantes y unos 10.000 candidatos en carrera, la Junta Electoral considera esos plazos “materialmente imposibles de cumplir”.

Por eso, aunque el kirchnerismo impulsó la eliminación de las PASO, lo hizo sin modificar los tiempos del proceso electoral. Kicillof pretendía corregir esa omisión en Diputados, para luego devolver el proyecto al Senado con las fechas actualizadas. Pero el bloque que responde a La Cámpora se mantuvo firme: “Hay que respetar la norma vigente. Este no es el momento para experimentar”, argumentó la senadora Teresa García.

La Junta Electoral bonaerense ya había enviado advertencias formales tanto a Verónica Magario, presidenta del Senado, como a Alexis Guerrera, titular de Diputados. Sin embargo, las cartas —llamativamente no firmadas por su presidenta, la jueza Hilda Kogan— no tuvieron mayor efecto.

Desde el entorno de Kicillof insisten en que “los tiempos del proyecto no son viables” y aseguran que el gobernador ya expresó su preocupación a los intendentes. La tensión interna en el oficialismo es notoria: entre los diputados cercanos a Kicillof se consolidó el malestar con La Cámpora, aunque se ordenó no exteriorizar diferencias. La sesión de Diputados fue reducida a homenajes al Papa Francisco y pasó a un cuarto intermedio hasta el lunes.

Para entonces, el peronismo deberá elegir entre dos caminos: aprobar el proyecto tal como llegó del Senado y luego corregir los plazos con una ley complementaria, o reabrir el debate e introducir los cambios ahora, lo que obligaría a un nuevo tratamiento en la Cámara Alta. Ninguna opción es políticamente sencilla.

El tiempo apremia y el reloj electoral corre con reglas de otro siglo.

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