¿Pacto de impunidad, Massa-Larreta-Cristina?

Cuando uno busca información sobre los hechos de la política, sus componendas y engaños, le resulta difícil conocer los sucesos tal cual fueron ocurriendo, ya que cada uno ajusta esos hechos a sus intereses. La política se ha convertido en un instrumento de engaño, donde aquel que logra superar obstáculos y eludir responsabilidades parece crecer en la escala del poder.

Hoy en día, nadie sostiene sus argumentos, como si la vida fluyera sobre hipótesis y no sobre los hechos reales. Alguien puede ajustar descaradamente sus pensamientos y acciones de acuerdo a las circunstancias, como si la gente no los percibiera, como si ellos fueran impolutos y nosotros incapaces de comprender sus comportamientos. Por eso nos subestiman. Quien dijo que acabaría con los “ñoquis” de la “campora” hoy es su principal aliado, solo un ejemplo. Sus posturas son más o menos duras según las circunstancias, como lo demostró Larreta frente al avance de los sectores más opuestos al kirchnerismo.

Han finalizado los cierres de lista y un extraño tufillo parece flotar sobre la superficie de nuestra tierra. Cuántos acuerdos para formar el gran monstruo que les permita ganar a uno u otro. El poder lo es todo, supuestamente para mejorar el destino de la gente, ese es el argumento, pero la vida de la gente no solo no mejora, sino que empeora día a día.

Se percibe algo, todas estas suposiciones surgen de la casuística, es decir, nuestras suposiciones se basan en la experiencia. Cuando uno más uno es dos, impera la lógica. En nuestro país, hemos notado que los acontecimientos políticos están y estuvieron marcados por la vicepresidenta, sus problemas legales y la urgente necesidad de quedar libre de toda responsabilidad. Ella propugna solo consignas para mantener su núcleo duro, un grupo de militantes pagados que, como los fieles perros de Pavlov, están ahí para obedecer mientras la dama se concentra en sus asuntos personales.

Ahí vamos. Cristina no se postula a ningún cargo, dado que siempre pensamos que buscaba los fueros para extender la impunidad y evitar los casos que se avecinan. Pero resulta que el pequeño fiscal que, con grúas, perforó varios terrenos del sur para buscar dinero enterrado de la corrupción atribuida a Cristina, hace poco dictaminó que no hay nada que vincule a la señora con la ruta del dinero de la corrupción, por lo que su testaferro Báez está detenido. ¿No resulta extraño? Bueno, resulta que ese fiscal es amigo del ministro de economía. Massa demostró su capacidad y le tendió una mano a la señora para que la dama de hierro entendiera por dónde pasa ahora el poder.

Bien, el candidato a presidente Sergio Massa, de quien depende ese equilibrio por el que transitamos al borde del abismo, para que no nos precipitará al fondo, nos tiene a todos sujetos. Ahora la escena muestra que los tres candidatos a presidente con más posibilidades son de centro-derecha: Larreta, Massa y Milei. Esto nos lleva a deducir, dada la casuística, la siguiente lógica: podemos decir que el poder se está configurando. Si Larreta resulta elegido, tendrá que enfrentar y resolver los conflictos que surgirán una vez que asuma, siendo Cristina el primer gran desafío. Todo gira en torno a ella, sus causas y posibles condenas. En caso de que Massa no llegue a la presidencia, se convertirá en el líder de la oposición y ayudará a la nueva administración a desbloquear leyes clave en el Congreso para avanzar en las reformas prometidas.

Así Cristina, es puesta en una posición más acotada, lo que se vuelve una necesidad para todos, con el fin de aliviar el clima social. La reciente experiencia en Jujuy parece ser una advertencia que hace reaccionar a un temeroso Larreta, consciente de que todo podría venirse abajo apenas asuma el poder.

¿Qué deducimos entonces? Aunque esta es solo una deducción sin pruebas contundentes, hay un olor que recorre los pasillos oficiales, los órganos públicos y las oficinas de las fuerzas políticas: La impunidad que Cristina no logró obtener en aquella reunión en Olivos con Macri antes de asumir este ultimo, la llevó a no asistir a la asuncionista del nuevo mandatario y por ende no le entregara la banda presidencial en ese histórico acontecimiento. La impunidad que Alberto Fernández no le resolvió y a la que se había comprometido para acceder a la designación de su candidatura por parte de la actual vicepresidenta, encontró eco en Massa. Sin embargo, no se trata solo de Massa. El país que se avecina será sumamente complejo, un punto de inflexión para cambiar el rumbo de nuestro destino. Massa y Larreta son aliados íntimos por convicción o por necesidad, ambos necesitan neutralizar a Cristina, quien posiblemente, poco a poco, dejará la política, legando esa organización a su hijo, organización política La Campora que se desvanecerá entre sus manos al no contar con los resortes del Estado y los millones de pesos para disfrutar de los privilegios, único sustento de su militancia tan firme y hermética.

Es lo que creo, es lo que se deduce. Todo parece indicar que la impunidad para Cristina de Kirchner es lo que tiene al país en un atolladero. Larreta necesita desbloquear ese obstáculo si quiere construir consenso.

Así concluye este análisis basado en suposiciones y percepciones, donde la política se convierte en un juego de intereses y la búsqueda del poder parece prevalecer sobre el bienestar de la gente.

Osvaldo González Iglesias – Editor

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