Optimismo en Wall Street por el nuevo esquema cambiario argentino, pero advierten riesgos inflacionarios

Mientras el dólar oficial cotiza a $1.190, tres grandes bancos internacionales —JP Morgan, Morgan Stanley y BNP Paribas— destacaron positivamente el acuerdo entre Argentina y el FMI, así como la flexibilización del cepo cambiario implementado por el Gobierno. Coincidieron en que el nuevo régimen —basado en una flotación dentro de bandas entre $1.000 y $1.400, con un deslizamiento mensual del 1%— podría fomentar la acumulación de reservas, impulsar el crecimiento y atraer inversiones. Sin embargo, también alertaron sobre presiones inflacionarias transitorias y desafíos estructurales pendientes.

El paquete de medidas lanzado desde este lunes incluye, además, una flexibilización significativa para la compra de divisas por parte de personas humanas y ciertas aperturas para las empresas.

Desde JP Morgan señalaron que las medidas superaron sus expectativas y marcaron “un paso significativo para liberar un potencial reprimido durante décadas por decisiones políticas deficientes”. Resaltaron que el apoyo multilateral, combinado con una liquidez acotada en moneda local, otorga flexibilidad para el tipo de cambio y facilita la formación de precios. También valoraron el impacto positivo sobre la inversión y el crecimiento, en un marco de mayor disciplina fiscal.

No obstante, advirtieron que la sostenibilidad financiera sigue en duda. “El camino es empinado y desafiante”, señalaron, aludiendo a que la deuda sigue siendo sostenible, pero no con alta probabilidad según el FMI. La estabilidad política y las reformas estructurales serán claves para consolidar el proceso de estabilización.

En el corto plazo, JP Morgan prevé que el tipo de cambio oficial se estabilice por debajo del dólar paralelo, con una brecha que podría reducirse al 5%. Respecto a la inflación, consideraron que los bienes transables sufrirán un impacto transitorio, aunque menor al de los últimos 20 años, ya parcialmente absorbido en marzo. Proyectan una inflación interanual del 26-27% para diciembre de este año, y de entre 10 y 12% para 2026.

Desde Morgan Stanley también valoraron positivamente el nuevo marco macroeconómico, que estiman permitirá acumular reservas y dar paso a un crecimiento más sostenido. Consideran que el BCRA cuenta con “suficiente potencia de fuego” —unos USD 20.000 millones gracias a los desembolsos del FMI, BID y Banco Mundial— para avanzar hacia una flotación administrada.

Aunque admiten presiones inflacionarias inevitables en el corto plazo, creen que las reformas estructurales están bien secuenciadas y podrán implementarse después de las elecciones de medio término. Además, anticipan que las tasas de interés subirán en función de la volatilidad cambiaria.

Según sus cálculos, las reservas netas podrían mejorar en USD 6.000 millones este trimestre y en USD 4.500 millones hacia fin de año, cumpliendo con las metas del FMI.

BNP Paribas, por su parte, calificó el cambio de política cambiaria como “más ambicioso” que lo esperado por el mercado, y lo consideró un paso firme en la dirección correcta. Afirmaron que, en comparación con esquemas rígidos previos, cualquier ajuste futuro será menos traumático.

Además, destacaron la señal de compromiso fiscal en un año electoral, con mayor superávit primario y control del gasto. Esto, sumado al respaldo multilateral, podría generar una baja considerable en el riesgo país. También anticiparon una convergencia entre el dólar oficial y el financiero, con una inflación mensual que podría volver a niveles del 3% en el corto plazo.

Finalmente, resaltaron que con la emisión de pesos contenida y la recuperación de la actividad, aumentará la demanda de dinero, lo que facilitará la recomposición de reservas internacionales, en línea con las exigencias del FMI: USD 4.900 millones en junio y USD 9.400 millones en diciembre.


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