Al caer la tarde, el ánimo era optimista en el seno del Gobierno nacional después de la primera jornada de paro y movilización liderada por la CGT, a la que se unieron sectores del kirchnerismo y el Frente Renovador de Sergio Massa, entre otros. Fuentes cercanas al presidente Javier Milei catalogaron el paro como un “fracaso estrepitoso”, considerando que el impacto fue del 1% en el nivel de actividad. En el entorno presidencial, la afirmación recurrente fue que este paro era “político” y no en defensa de los trabajadores, sino más bien un intento de dañar al Gobierno.
Al finalizar la jornada, Milei utilizó sus redes sociales para señalar que la elección entre realizar cambios o permanecer bajo la influencia de “estos extorsionadores” estaba más clara que nunca. Acompañó su mensaje con una foto del sindicalista Pablo Moyano y una frase en la que se sugería arrojar al ministro Luis Caputo al Riachuelo.
El día marcó un hito para la CGT al realizar el primer paro a un presidente tan solo a 45 días de su mandato, coincidiendo con la obtención del dictamen de mayoría en Diputados por parte del oficialismo, un paso crucial para avanzar en la eventual aprobación de la ley en discusión.
El optimismo en el Gobierno se basaba en dos aspectos principales. En primer lugar, consideraban que la confrontación resultaba beneficiosa, ya que aquellos que se oponen al proyecto quedaban en la misma categoría que los convocantes del paro. Según fuentes cercanas al jefe de Estado, la jornada fue un “golazo” debido al fracaso del paro y la alineación de posturas que esto generó.
El segundo punto positivo se centraba en el éxito del operativo de seguridad, que implementó el protocolo antipiquetes. A pesar de la tensión entre la central de trabajadores y el Gobierno, así como las disputas verbales entre la ministra Patricia Bullrich y el sindicalista Pablo Moyano, el operativo se consideró “exitoso” al no haber enfrentamientos. Bullrich, desde el Comando Unificado, se mantuvo en comunicación con el presidente y destacó la efectividad del plan.
Milei, que siguió la jornada desde la residencia oficial de Olivos, se mostró optimista, convencido y atento a las tasas de inflación semanales, una variable que, según se informa, refuerza su optimismo. A pesar de los desafíos y la marcada oposición, el presidente se mantiene firme en la implementación de cambios propuestos. En resumen, el Gobierno ve la jornada como un logro al sortear desafíos significativos en medio de la manifestación sindical y la oposición.