Este miércoles, la Cámara de Diputados vivirá una sesión clave para el futuro de la ley que recompone jubilaciones, que fue vetada por el presidente Javier Milei. El oficialismo, respaldado por la fractura interna del radicalismo y con un número que parece jugarle a favor, busca bloquear cualquier intento de la oposición por revertir el veto presidencial. A pesar de la presión que existe en las calles y en la arena política para insistir con la ley, las esperanzas de la oposición parecen desmoronarse debido a la falta de consenso y votos suficientes para alcanzar los dos tercios necesarios.
La sesión, convocada para las 11 de la mañana, fue solicitada por unos 20 legisladores de bloques opositores, entre ellos los jefes de bancada Rodrigo De Loredo (UCR), Miguel Ángel Pichetto (Encuentro Federal) y Juan Manuel López (Coalición Cívica). Sin embargo, la capacidad de la oposición para lograr los dos tercios necesarios para abrir el debate y luego insistir con la ley no está garantizada.
Las fracturas en la oposición
La oposición, que en un principio buscaba ejercer presión con el tema “caliente” en las calles y bajo el argumento de que la recomposición de jubilaciones es una necesidad social, ha visto cómo sus expectativas de torcer la balanza se ven desmoronadas debido a las divisiones internas, especialmente dentro del bloque radical.
El anuncio de cinco legisladores radicales que votarán en contra del proyecto, sumado a la renuncia del diputado Pedro Galimberti para asumir un cargo en la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, ha debilitado aún más las posibilidades de éxito de la oposición. Galimberti, quien dejó su banca días antes de la sesión decisiva, será reemplazado por Nancy Ballejos, del PRO, lo que le quita un voto al bloque de la UCR.
A esto se suma la postura de otros legisladores radicales que se mostraron cercanos al gobierno de Milei. El martes, cinco diputados radicales —Mariano Campero (Tucumán), Federico Tournier (Corrientes), Luis Picat (Córdoba), Pablo Cervi (Neuquén) y Martín Arjol (Misiones)— se reunieron con el presidente en la Casa Rosada y manifestaron su apoyo a la decisión de vetar la ley.
Campero, uno de los que cambió su voto respecto a la primera sanción de la ley, argumentó que “se agarran de temas nobles para golpear el equilibrio fiscal”, en referencia a las presiones para insistir con la recomposición jubilatoria. Aunque en su momento apoyaron la iniciativa, ahora consideran que el veto es una herramienta constitucional que Milei ejerció de manera correcta.
Esta fractura interna ha generado tensiones en el bloque radical, con algunos miembros exigiendo la expulsión de los que apoyan al gobierno. La Convención Nacional de la UCR emitió un comunicado en rechazo al veto, advirtiendo que los disidentes podrían ser sometidos al tribunal de ética del partido.
Las estrategias de la oposición: ¿plan B?
Ante la evidente falta de apoyo para revertir el veto, algunos opositores comenzaron a barajar opciones intermedias. Una de las estrategias que se discutió es la llamada “insistencia parcial”, que consistiría en votar artículo por artículo de la ley vetada. Esta opción permitiría, por ejemplo, insistir en la recomposición del 8,1% y en la actualización por inflación, dos puntos que los propios libertarios en el Senado habían respaldado en su dictamen.
La idea de Rodrigo De Loredo es proponer una moción para que se vote sobre tablas y luego se realice una votación por partes. Si esta moción es rechazada, el proyecto volvería automáticamente a comisión, una medida que algunos consideran como la última oportunidad para mantener el debate vivo.
Otra alternativa que se planteó es la posibilidad de votar un emplazamiento para que el proyecto sea discutido nuevamente en comisión. De esta manera, el tema no se daría por perdido y podría ser negociado más adelante, posiblemente junto con el tratamiento del Presupuesto.
Los seis legisladores de Innovación Federal —quienes responden a los gobernadores de Salta, Misiones y Río Negro— también se muestran dispuestos a considerar esta opción intermedia. Estos diputados habían votado a favor de la ley de jubilaciones en su momento y no ven con malos ojos una solución salomónica que permita la recomposición sin desestabilizar el equilibrio fiscal.
El bloque oficialista confiado en sus números
Por su parte, el oficialismo se siente seguro de que podrá bloquear cualquier intento de insistir con la ley. La alianza entre La Libertad Avanza y el PRO parece sólida en su mayoría, aunque se prevé alguna fuga de votos por ausencias o disidencias internas.
Con aliados libertarios y una parte del radicalismo de su lado, el oficialismo calcula tener alrededor de 88 votos. Este número sería suficiente para bloquear cualquier iniciativa opositora, siempre que el total de legisladores presentes no supere los 257. Con la división en la oposición y el apoyo de un sector radical, las posibilidades del oficialismo de mantener el veto parecen robustas.
El bloque de Unión por la Patria, que aporta 99 votos, se reunió hasta altas horas de la noche del martes para definir su estrategia. Aunque hay diferencias internas, la conducción del bloque apuesta por el “todo o nada”, buscando insistir con la ley en su totalidad. Sin embargo, en caso de no lograr los dos tercios, también consideran la opción de que el proyecto vuelva a comisión.
Un desenlace incierto
En medio de un clima de incertidumbre y especulación, el desenlace de esta sesión será clave no solo para la ley de jubilaciones, sino también para la capacidad de la oposición de unirse frente a un oficialismo que ha sabido jugar sus cartas con astucia. La decisión final sobre si habrá una insistencia total, parcial o si el proyecto volverá a comisión dependerá del poroteo fino que se hará minutos antes de la sesión.
Mientras tanto, los bloques opositores deberán decidir si apuestan por una estrategia de “todo o nada” o si optan por una vía intermedia que les permita mantener viva la amenaza de insistir con la ley en un futuro próximo. Lo que está claro es que la votación de este miércoles marcará un antes y un después en la dinámica legislativa de los próximos meses.