MSCI mantuvo a Argentina como mercado “standalone” y frustra expectativas de mejora en su calificación bursátil

La firma MSCI (Morgan Stanley Capital International) decidió mantener a la Argentina en la categoría más baja de su clasificación global de mercados: la de standalone o “independiente”, en lo que representa un nuevo revés para las aspiraciones del país de recuperar atractivo ante los grandes fondos de inversión internacionales.

La confirmación implica que Argentina no podrá ascender a “mercado de frontera” hasta al menos dentro de un año, y mucho menos al codiciado grupo de los “emergentes”, lo que probablemente demandará un horizonte de dos años o más.

MSCI divide a los países en tres grandes grupos: desarrollados, emergentes y fronterizos. La categoría standalone está por debajo de todos ellos y se aplica a naciones que no cumplen con los estándares mínimos de accesibilidad, transparencia, operatividad y estabilidad. En el caso argentino, los principales obstáculos son los controles de capital, la falta de un mercado cambiario eficiente, las restricciones para la repatriación de fondos y la escasa disponibilidad de información financiera en inglés.

Una etiqueta con alto costo financiero

La permanencia en la categoría standalone implica consecuencias directas para el mercado local. Este estatus reduce considerablemente la visibilidad del país frente a los inversores institucionales globales y lo excluye de las carteras indexadas a los mercados emergentes y fronterizos. Como resultado, los flujos de capital internacional se mantienen muy por debajo del potencial que podría captar un país con mayor integración al sistema financiero global.

Al permanecer en esta categoría, Argentina sigue compartiendo ranking con economías pequeñas o de alta fragilidad, como Jamaica, Panamá, Trinidad y Tobago, Bosnia, Botswana, Líbano, Malta, Nigeria, Palestina, Ucrania y Zimbabue. En cambio, países como Marruecos, Eslovenia, Croacia, Vietnam y Pakistán forman parte del grupo de los mercados de frontera, al que aspiraba regresar Argentina.

Un retroceso que se profundizó desde 2019

Argentina había logrado en 2018 volver brevemente al grupo de emergentes —tras años como mercado de frontera— durante la presidencia de Mauricio Macri. Sin embargo, ese estatus se perdió en 2021, cuando MSCI degradó al país al nivel standalone como consecuencia del endurecimiento de los controles de capital y la poca previsibilidad del marco normativo para inversores extranjeros.

En su comunicado oficial, MSCI justificó la decisión de mantener a Argentina en el último peldaño de su clasificación. Según explicó, desde 2019 los inversores internacionales no han podido acceder de manera confiable al mercado accionario local debido a las restricciones cambiarias y las trabas para repatriar dividendos. Si bien en abril de 2025 el Banco Central flexibilizó algunas regulaciones —habilitando la repatriación de dividendos generados desde enero—, “persisten obstáculos significativos, especialmente para los grandes fondos institucionales”.

Además, la entidad destacó que “no existe aún un mercado de divisas offshore eficiente” y que si bien se abandonó el sistema de tipo de cambio deslizante en favor de una flotación administrada, la situación cambiaria sigue siendo motivo de preocupación.

Sin avances en la revisión general

La revisión anual de MSCI para 2025 no incluyó a Argentina entre los países en evaluación para cambiar de categoría. En cambio, la firma informó que continúa monitoreando otras economías como Bulgaria (que podría pasar de independiente a frontera), Corea del Sur (por su apertura gradual del mercado cambiario), Grecia y Bangladesh.

Raman Aylur Subramanian, jefe de Investigación y Desarrollo de Índices de MSCI, destacó en el comunicado que “las decisiones de clasificación se basan en marcos objetivos, reglas claras y la realidad sobre el terreno”, y que si bien algunos países muestran avances, en otros “persisten desafíos estructurales importantes”.

Perspectivas: un año más de espera

En el mejor de los casos, si Argentina consolidara avances regulatorios, cambiarios y financieros significativos, podría aspirar a ser reclasificada como mercado de frontera en la revisión de junio de 2026. A partir de allí, una eventual recuperación del estatus de emergente se convertiría en una posibilidad de mediano plazo, condicionada a factores macroeconómicos, previsibilidad institucional y apertura plena a los flujos de capital.

Mientras tanto, los fondos de inversión que operan con mandatos específicos seguirán evitando a Argentina, al menos hasta que el país logre resolver sus restricciones estructurales y construir un entorno más transparente, estable y confiable.

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