El presidente Javier Milei participó este lunes de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, en la ciudad francesa de Niza, en un movimiento diplomático que va más allá de la temática ambiental. La presencia del mandatario argentino en el evento, al que llegó por invitación expresa del presidente Emmanuel Macron, fue leída como una clara señal de acercamiento bilateral y de consolidación de una relación estratégica con Francia, pese a las diferencias ideológicas entre ambos líderes.
Macron, anfitrión de la cumbre y firme defensor del multilateralismo y de las políticas ambientales globales, pidió personalmente a Milei que aprovechara su paso por Europa para estar presente en la conferencia, que tiene como eje la protección del 30% de las áreas marinas en aguas internacionales, en el marco del Acuerdo de Conservación de la Biodiversidad Marina. Aunque el jefe de Estado argentino mantiene una posición crítica sobre el rol de la ONU y es escéptico frente a la agenda climática global, aceptó el convite como gesto de cortesía y pragmatismo diplomático.
Gestualidad, pragmatismo y realpolitik
El clima del encuentro fue distendido. Milei y Macron se saludaron cálidamente en el plenario y mantuvieron dos breves intercambios informales antes de la bilateral oficial. El mandatario argentino no intervino en las deliberaciones de la conferencia, pero escuchó la intervención inaugural del presidente francés, quien volvió a advertir que “sería un gran error de la humanidad seguir negando la crisis climática”.
El vínculo entre ambos líderes es una rareza diplomática en el contexto actual. A pesar de sus diferencias ideológicas —el ultraliberalismo libertario de Milei frente al centrismo europeísta de Macron—, la relación entre ambos se afianza, y según fuentes de la comitiva argentina, se encuentra «en uno de sus mejores momentos». La cita en Niza se suma a los gestos previos: Macron fue el primer líder europeo en visitar Argentina tras la asunción de Milei, y ya lo había recibido con prioridad en el marco de eventos como la apertura de los Juegos Olímpicos en París.
Una bilateral clave: minerales críticos, energía nuclear y cooperación estratégica
El plato fuerte del viaje fue la reunión bilateral que ambos mandatarios mantuvieron en un hotel de la Costa Azul, donde firmaron un memorándum de entendimiento para una alianza estratégica en minerales críticos. Este acuerdo busca sentar las bases para inversiones francesas en el sector minero argentino, especialmente en lo que respecta a litio, y abre la puerta a una mayor participación del país europeo en el desarrollo del programa de energía nuclear argentino.
“Este acuerdo genera un marco de inversión favorable para que los bancos estatales franceses encuentren previsibilidad en proyectos de exploración y explotación de minerales estratégicos”, indicaron desde la delegación argentina.
El memorándum también contempla cooperación en investigación geológica, con el objetivo de identificar nuevas reservas de litio y otros recursos relevantes para la transición energética global.
Además, se exploraron oportunidades en materia de energía nuclear civil, un área en la que Francia es una potencia global y en la que Argentina busca ampliar su cooperación internacional, particularmente con actores que ofrezcan financiamiento y tecnología de punta.
Una delegación con fuerte impronta política
Milei viajó acompañado por su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, el canciller Gerardo Werthein, el embajador argentino en Francia, Ian Sielecki, y el diputado nacional Fernando Iglesias, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados. La comitiva argentina fue recibida con prioridad por el gobierno francés, y voceros diplomáticos destacaron que la embajada argentina en París “tiene hoy más llegada al Elíseo que muchas potencias del G7”.
Siecki, de hecho, es considerado una figura clave en el vínculo entre ambos mandatarios, por su cercanía al entorno de Macron y su activa labor diplomática. «La fluidez del canal entre Buenos Aires y París hoy no tiene precedentes», señalan desde Cancillería.
Una relación estratégica que desborda ideologías
Más allá de los acuerdos específicos, la visita de Milei a Niza representa una confirmación del pragmatismo con el que el gobierno argentino busca reposicionar al país en el escenario internacional. Frente al escepticismo global por sus posturas disruptivas, el Presidente apuesta a fortalecer alianzas con actores clave del mundo desarrollado, incluso cuando existen diferencias doctrinarias evidentes.
Para Macron, el vínculo con Argentina representa una oportunidad de expandir la presencia francesa en América Latina, región en la que busca contrapesar la creciente influencia de China. Para Milei, es una forma de atraer inversiones directas en sectores estratégicos sin ceder al intervencionismo estatal que rechaza.
Conclusión: una alianza en construcción
El viaje a Francia, breve pero cargado de gestos, confirma que la relación entre ambos países atraviesa un punto alto, y que existe voluntad política para traducir esa cercanía en proyectos concretos de cooperación e inversión.
El acuerdo sobre minerales críticos no solo es relevante en términos económicos, sino que reafirma a Argentina como actor clave en la transición energética mundial, y a Francia como socio dispuesto a apostar en ese terreno.
En un contexto internacional cada vez más fragmentado, la política exterior argentina parece girar hacia el pragmatismo productivo, donde las afinidades ideológicas ceden terreno ante los intereses estratégicos. En ese camino, la relación Milei-Macron puede ser tan sorprendente como funcional.