El presidente Javier Milei cerró la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Buenos Aires con un discurso contundente y sin pelos en la lengua, donde se dirigió a la clase política tradicional, al socialismo y a aquellos que promueven consensos para mantener el status quo. En un evento que se desarrolló con gran entusiasmo por parte de los asistentes, Milei aprovechó la oportunidad para reafirmar su postura y su estilo confrontativo, dejando claro que no está dispuesto a ceder ante los llamados al diálogo ni a las críticas de la oposición. En un clima de tensiones dentro de la coalición oficialista, especialmente tras el fracaso de la Ley de Ficha Limpia, Milei volvió a marcar la diferencia con los líderes tradicionales y mostró su firmeza en la defensa de los valores y principios libertarios.
El mensaje directo al socialismo y los políticos tradicionales
En un discurso cargado de crítica al socialismo y a los políticos tradicionales, Milei aseguró que no hay lugar para consensos entre el bien y el mal, entre lo moral y lo inmoral. “No puede haber consenso entre el bien y el mal, entre lo moral y lo inmoral. Lo que ellos llaman consenso es un acuerdo para mantener los privilegios de siempre. No me importa un rábano la opinión de los políticos sobre casi todos los temas”, expresó. Estas palabras reflejaron su postura tajante frente a los intentos de la clase política por buscar acuerdos que, según él, solo sirven para perpetuar un sistema corrupto y alejado de los intereses del pueblo.
El mandatario también descalificó a los políticos tradicionales, a quienes calificó de “mediocres y tibios” por priorizar las formas sobre los resultados. En un claro ataque a la idea de consensos políticos, aseveró que “somos escépticos del diálogo porque no nos interesa continuar con los famosos consensos de la política. No puede haber consenso entre el bien y el mal, entre lo moral y lo inmoral”. Para él, lo que los políticos tradicionales llaman “consenso” es simplemente un acuerdo entre los sectores del poder para mantener los privilegios y los intereses del sistema actual.
La figura de Santiago Caputo y la defensa de su estilo
Durante su intervención, Milei elogió a su asesor presidencial, Santiago Caputo, quien, según dijo, lo ha alentado a seguir siendo fiel a su estilo directo y sincero. “Él me dijo que no había que cambiarme, que había que ir como uno es, con la verdad. Esa es nuestra fórmula: decir y hacer lo correcto, aunque tenga costos”, señaló el presidente. Este comentario subraya la importancia que Milei otorga a la honestidad brutal y a la autenticidad política como elementos fundamentales de su gestión, independientemente de las críticas que pueda recibir.
El presidente, con un tono desafiante, también reconoció que las decisiones tomadas hasta ahora han tenido un costo político, pero insistió en que esos costos son inevitables cuando se hace lo correcto. “Después de 100 años de estupideces, hacer lo correcto tiene costos. Pero si al final terminamos con mala imagen, al menos habremos hecho lo que está bien”, aseguró, reafirmando su compromiso con la toma de decisiones difíciles y su rechazo a las tácticas políticas de complacencia.
Milei y la batalla cultural contra el socialismo
Uno de los puntos más fuertes de su discurso fue la importancia que el presidente le otorgó a la batalla cultural en su gobierno, especialmente en la lucha contra el socialismo. En su discurso, Milei dejó en claro que su gobierno no solo está enfocado en cuestiones económicas y políticas, sino también en una guerra cultural para frenar las ideas socialistas que, según él, han predominado durante décadas.
“Los zurdos han sido buenos culturalmente y políticamente, pero sus ideas son un espanto. Han logrado imponer narrativas que llevan a la miseria. Es nuestra responsabilidad liderar la batalla cultural para destruir esas ideas y devolverle la libertad a la gente”, afirmó. Para Milei, el socialismo es una amenaza no solo para Argentina, sino para el mundo entero, y considera que las ideas de izquierda son responsables de generar pobreza y desigualdad.
El mandatario elogió el trabajo de la CPAC en la defensa de los valores conservadores y libertarios, y destacó que el gobierno tiene una misión histórica: cambiar el rumbo del país y del mundo. “Tenemos una oportunidad histórica para cambiar el mundo. Debemos fortalecer nuestras ideas porque, si no, las fieras nos van a devorar”, advirtió, haciendo un llamado a sus seguidores para que no bajen la guardia frente a lo que considera una lucha ideológica fundamental para el futuro del país.
El fracaso de la Ley de Ficha Limpia y la tensión con aliados
El discurso de Milei tuvo lugar en un contexto de creciente tensión con aliados como el PRO y la UCR, tras el fracaso de la Ley de Ficha Limpia, un proyecto clave para su gobierno. Este proyecto buscaba impedir que personas con condenas judiciales accedieran a cargos públicos, pero no logró el apoyo necesario en el Congreso, lo que generó desacuerdos dentro de la coalición oficialista. Milei, sin embargo, mostró que no se dejaría intimidar por los fracasos legislativos y que continuará luchando por lo que considera lo correcto, incluso si eso significa ir en contra de algunos de sus aliados.
El presidente también utilizó su intervención para mostrar su confianza en que, a pesar de las dificultades y los conflictos políticos, su gestión está mejorando en términos de percepción pública. “Si no pensábamos negociar antes, ahora que los resultados acompañan, menos”, expresó, dejando claro que la búsqueda de consensos no está en sus planes.
Un llamado a la unidad en la lucha por el cambio
Milei concluyó su intervención con un llamado a la unidad en la lucha por el cambio. “Este es un momento histórico. No podemos permitirnos fallar. Hay que luchar por las ideas libertarias, porque si no lo hacemos, nos van a devorar”, dijo, cerrando su discurso con un fuerte mensaje de resistencia y determinación.
El presidente dejó en claro que, para él, la batalla cultural es tan importante como la económica y política. De acuerdo con su visión, el cambio no solo debe ser económico, sino también ideológico, para poder superar las ideas del socialismo que, según él, siguen siendo una amenaza para el progreso y el bienestar de la sociedad.
En definitiva, el discurso de Javier Milei en la CPAC Buenos Aires mostró un presidente decidido a continuar con su estilo confrontativo y su lucha contra lo que considera una política de mediocridad y corrupción. Al mismo tiempo, reafirmó su compromiso con la lucha contra el socialismo y su apuesta por una Argentina más libertaria, sin compromisos con los sectores tradicionales del poder.