La reciente renuncia de Mauricio Macri a ser candidato ha tenido un gran impacto en el panorama político pre-electoral de Argentina. Los distintos partidos políticos se están posicionando para presentar a sus candidatos y ganar la preferencia del electorado. La renuncia de Macri ha ayudado al partido PRO a ordenar sus filas, pero también ha creado cierta crisis en el Frente de Todos, donde no parece haber acuerdo entre los distintos conspiradores electorales.
Cristina Kirchner es una de las figuras más destacadas del Frente de Todos, y su especulación sobre el “efecto clamor” no parece estar funcionando como ella esperaba. Por otro lado, Axel Kicillof es uno de los candidatos que mejor mide después de Cristina, pero sabe que no puede ganar la elección nacional y está resistiéndose a ser candidato.
En cuanto a los candidatos del Frente de Todos, Eduardo “Wado” de Pedro no está logrando medir bien y Máximo Kirchner tampoco parece ser una opción viable. Por su parte, Daniel Scioli está tratando de acomodarse en la carrera presidencial, pero todavía queda por ver cómo le irá.
En el partido Juntos por el Cambio, la renuncia de Macri ha fortalecido la posición de Horacio Rodríguez Larreta, pero también ha dejado a Patricia Bullrich como la candidata que puede sumar los votos que Macri deja. Algunos ciudadanos ven a Rodríguez Larreta como tibio e incapaz de mantener el orden y la seguridad en la ciudad, por lo que optarían por alguien con más determinación.
Sin embargo, también hay interrogantes sobre el candidato liberal Javier Milei, que podría dar sorpresas en la provincia de Buenos Aires y atraer a votantes jóvenes que el Frente de Todos creía tener encanutados.
En resumen, el electorado argentino se enfrenta a una elección presidencial en la que las opciones son claras: un gobierno de consenso liderado por Larreta, o una época de orden y ajuste liderada por alguien con mano dura. El futuro del país dependerá en gran medida de la decisión que tome el electorado en las urnas.