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Lula, el veterano mandatario que renace de las cenizas para volver a la presidencia de Brasil

Luiz Inácio Lula da Silva no sólo es un viejo conocido de la política de Brasil, sino uno de los mayores referentes de la izquierda latinoamericana, con muchas anécdotas como sindicalista, legislador y habiendo ocupado el cargo de presidente de la economía más grande de la región. 

El líder histórico del Partido de los Trabajadores logró ganar en la segunda vuelta presidencial con el 50.83 por ciento de los votos, en comparación con el 49.17 por ciento de su adversario, Jair Bolsonaro. La diferencia en número de votos es de casi dos millones.

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Lula ha competido por la presidencia de su país en al menos siete ocasiones, tres de ellas saliendo victorioso (2002, 2006 al ser reelecto y ahora en 2022).

Para muchos analistas, Lula gobernará cuatro años contracorriente, con un Congreso mayoritariamente bolsonarista, un país dividido en el que tratará de revertir las políticas del hoy presidente Jair Bolsonaro, en términos internos como externos.

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Lula, el veterano mandatario que renace de las cenizas para volver a la presidencia de Brasil

De orígenes humildes y obreros, Luiz Inácio Lula da Silva retoma la presidencia de Brasil tras estar fuera del escenario político tras el caso Lava Jato y la presidencia de Bolsonaro.

Lula, el veterano mandatario que renace de las cenizas para volver a la presidencia de Brasil

  • Luiz Inácio Lula da Silva, ex presidente de Brasil, busca nuevamente la presidencia. (AFP)

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Milenio Digital, Alejandro Domínguez y AFP

Sao Paulo / Ciudad de México / 01.01.2023 12:00:00

Luiz Inácio Lula da Silva no sólo es un viejo conocido de la política de Brasil, sino uno de los mayores referentes de la izquierda latinoamericana, con muchas anécdotas como sindicalista, legislador y habiendo ocupado el cargo de presidente de la economía más grande de la región. 

El líder histórico del Partido de los Trabajadores logró ganar en la segunda vuelta presidencial con el 50.83 por ciento de los votos, en comparación con el 49.17 por ciento de su adversario, Jair Bolsonaro. La diferencia en número de votos es de casi dos millones.

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Lula ha competido por la presidencia de su país en al menos siete ocasiones, tres de ellas saliendo victorioso (2002, 2006 al ser reelecto y ahora en 2022).

Para muchos analistas, Lula gobernará cuatro años contracorriente, con un Congreso mayoritariamente bolsonarista, un país dividido en el que tratará de revertir las políticas del hoy presidente Jair Bolsonaro, en términos internos como externos.

Lula inició una campaña en una fábrica de automóviles al sureste de Sao Paulo para “una vuelta a sus orígenes”: los obreros que lo acompañaron en todo su camino político.__icon Más información:

Izquierda en América Latina es “mentirosa, represora” y amiga de Lula: Bolsonaro

¿Cómo fueron los orígenes de Lula? ¿Por qué pasó de ser obrero a presidente? ¿Por qué se le considera su presidencia la más exitosa de Brasil? ¿Por qué fue encerrado por corrupción y resucitó como el ave fénix?

Cualquiera puede ser presidente… con vocación

Lula da Silva (27 de octubre de 1945) nació en el seno de una familia muy pobre de Garanhuns —en el estado de Pernambuco—, con padres campesinos (Aristides Inácio da Silva y Eurídice Ferreira de Melo) que no sabían leer ni escribir y el séptimo de una familia de ocho hijos, cuyo padre tuvo que mudarse a la ciudad de Santos, en São Paulo​ para probar suerte como estribador. Sería a sus muy pequeños siete años que terminaría mudándose hacia el centro-sure de Brasil.

Lula no es un apellido, sino un diminutivo

En Brasil, es común que de diminutivo llamen a las personas que se llamen Luiz como "Lula", que también significa en portugués "Calamar", por lo que su nombre oficial es Luiz Inácio da Silva, y el hipocorístico sería después parte de su "nombre artístico" cuando compitió por la alcaldía de São Paulo en 1982.

Su madre sería quien lo criase pese a todas las dificultades económicas que padecía, ya que su padre ejercía violencia doméstica y tuvo que migrar hacia la capital São Paulo. A los 12 años empezó a trabajar en una tintorería para contribuir a la renta familiar. Durante el mismo período también trabajó como limpiabotas y asistente de oficina.

A los 15 años inició su formación de tornero mecánico, pero tuvo que dejar la escuela secundaria y trabajar en una fábrica de acero, donde perdió un meñique al manipular una máquina. Su indemnización fue clave para comprar muebles y terrenos para su mamá y sus hermanos.

En 1965 —época que ya iniciaría la Dictadura Militar en Brasil—, estuvo desempleado durante mucho tiempo y la familia pasó por privaciones, sobreviviendo de trabajos eventuales. Sería un año después cuando fue admitido en una empresa metalúrgica de São Bernardo do Campo, en la periferia paulista. 

Se incorporó al Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos en 1968, pero no estaba convencido y su mayor afición era jugar al fútbol. A pesar de no tener ninguna experiencia sindical, ya se le identificaba como una persona con espíritu de liderazgo y carisma. Terminó aceptando debido a que su hermano José Ferreira da Silva (Frei Chico) fue asesinado al ser miembro del Partido Comunista, que había sido ilegalizado durante la dictadura. 

En 1972, para sus 27 años, fue elegido primer secretario del Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos de São Bernardo do Campo y Diadema. Cobró gran protagonismo por su desempeño en la directiva, siendo luego elegido presidente del mismo sindicato en 1975, pero su fama alcanzaría cuatro años más tarde.
Lula se convirtió en diputado de su recién fundado Partido de los Trabajadores al terminar la dictadura militar en Brasil (AFP / Archivo)

Como líder del sindicato de los metalúrgicos, lideró una histórica huelga que desafió a la dictadura militar: las protestas del ABC Paulista, en el contexto de la apertura política de la dictadura militar , y que marcaron el resurgimiento del movimiento obrero brasileño.

Lula terminó preso por primera vez en 1979 en las instalaciones del Departamento de Orden Político y Social y en virtud de la entonces Ley de Seguridad Nacional, fue condenado por la Justicia Militar a tres años y medio de prisión por incitación al desorden colectivo, pero fue absuelto.

En ese momento pasarían dos momentos que cambiarían su vida: la muerte de su madre estando encarcelado y la idea de fundar un movimiento político uniendo a sindicalistas, intelectuales, representantes de movimientos sociales y militantes católicos de la Teología de la Liberación. Al ser liberado, siguió participando en mítines, principalmente los que pedían el fin de la dictadura y el retorno a la democracia en la década de 1980.

Sería hasta 1986, cuando fundaría el Partido de los Trabajadores. De ahí, fue elegido diputado federal por São Paulo con la mayor votación de la Cámara Federal hasta ese momento, participado en la elaboración de la Constitución Federal de 1988, la que rige hasta la fecha en Brasil.
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En 1989 se llevó a cabo la primera elección directa para presidente desde el golpe militar de 1964. Lula se postuló para presidente y quedó en segundo lugar, perdiendo en el balotaje contra el primer presidente electo: el neoliberal Fernando Collor de Mello.

La batalla entre Lula da Silva y Rede Globo

Tanto Lula da Silva como Bolsonaro han acusado a la mayor televisora de Brasil de tomar partido durante las elecciones presidenciales conforme a sus intereses.

Globo, la televisora fundada por Roberto Marinho y que fue defensora de la dictadura, apoyó de forma sesgada a la elección de Collor de Mello como presidente en 1988, que quedó registrado en el documental "Más allá del Ciudadano Kane" de 1993, estrenado por la televisión británica.

El desprestigio de la familia Marinho hacia Lula duró durante una muy larga data, incluso cuando fue presidente. En la presidencia de Bolsonaro, Globo también tomó partido contra el mandatario de ultraderecha por sus políticas.

Lula da Silva fue derrotado en las urnas tres veces, una vez por Collor do Melo (1988) y dos por Fernando Hernique Cardoso (1994 y 1998), ambos mandatarios de corte neoliberal; pero ahí tomaría su fama internacional entre las agrupaciones de izquierda en al región, que estaban rezagadas tras décadas de dictadura y gobiernos conservadores.
Lula da Silva intentó ser presidente durante toda la década de 1990, pero sería electo hasta 2002. (AFP / Archivo)

Sería hasta las elecciones de 2002 cuando Lula logra ganar por primera vez la presidencia de Brasil, capturando la impopularidad que originaron los gobiernos neoliberales de Collor do Mello, Itamar Franco (que fue interino) y Cardoso con una alta cifra de desempleo, la devaluación del real brasileño y una crisis energética.

Aunque Lula siempre se ha caracterizado por una postura progresista, durante su administración se destacó por el orden de las finanzas públicas de Brasil, así como el inicio de los programas sociales —siendo Bolsa Familia, un plan que daba dinero a las familias más necesitadas— y la reducción del desempleo. Durante su gestión, unos 30 millones de brasileños salieron de la pobreza, según datos oficiales.

Además, se granjeó un enorme prestigio internacional como piloto del “milagro” económico brasileño, empujado por el viento a favor de los altos precios de las materias primas durante la década de los 2000 y bajo gobiernos de izquierda en la región como Néstor Kirchner en Argentina, Michelle Bachelet en Chile, Rafael Correa en Ecuador y Hugo Chávez en Venezuela.

Logró la reelección después de haber superado el escándalo del “Mensalão”, una millonaria contabilidad ilegal montada por el PT para comprar el apoyo de congresistas. Coronó su doble mandato consiguiendo la sede del Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos de Rio 2016, superando la crisis económica mundial de 2008, dando un gran crecimiento económico al país y siendo uno de los socios fundadores del BRICS, el acuerdo comercial con China, Rusia, India y Sudáfrica. 

Fue tal su popularidad que al salir de la presidencia —asegurando en un inicio su retiro político— quedó electa su sucesora Dilma Rousseff. Pero en ese mandato comenzaría la “decadencia” política de Brasil con una crisis económica, protestas en las calles por el alza de los combustibles y la eventual destitución política tras el estallido del escándalo Lava Jato, que también derivaría en la causa Odebrecht para toda América Latina. 

Bolsonaro nace de la destitución de Rousseff

El actual presidente de Brasil, que toda la vida había sido un diputado "mediocre" en el Congreso de Brasil, empezó a ganar notoriedad durante el proceso de destitución de Dilma Rousseff, votando a favor de su salida haciendo homenaje al militar que la torturó Carlos Alberto Brilhante Ustra, cuando era revolucionaria comunista. Esto sería retratado en el documental de Netflix 'Al filo de la Democracia'.

Lula da Silva siempre se declaró inocente del caso del Lava Jato, por el que lo sentenciaron de corrupción. (AFP /Archivo)

El Caso Lava Jato y la “muerte” política de Lula

Lula da Silva anunció el 7 de mayo de 2018 ante miles de simpatizantes que estaba decidido a entregarse para cumplir una condena a 12 años de cárcel, tras una orden emitida por el entonces juez Sergio Moro, quien sería después el ex ministro de Justicia de Bolsonaro.

"Voy a cumplir la orden" de cárcel" y "cada uno de ustedes se trasformará en un Lula. No estoy por encima de la justicia", afirmó el ex mandatario, quien fue aplaudido por la multitud al final de su discurso, "creo en la justicia, pero en una justicia justa, con un proceso basado en pruebas concretas", insistió momentos antes de entregarse a la policía.

El juez anticorrupción Sergio Moro lo había condenado en 2017 a nueve años y medio de prisión por la obtención de un apartamento tríplex en primera línea de playa en la ciudad de Guaruja, en el estado de São Paulo. Presuntamente el lugar fue preparado por la constructora OAS para el ex presidente a cambio de contratos con Petrobras entre 2006 y 2012. Lula insiste en que ningún documento lo vincula con el apartamento y que sólo lo visitó en una ocasión.

Del Lava Jato nace el Caso Odebrecht

El caso de corrupción que salpicó al ex presidente de Brasil fue la punta del iceberg para que se diera a conocer el entramado de la constructora Odebrecht para sobornar a presidentes, funcionarios y políticos para obtener concesiones de obras en América Latina, que salpicaron principalmente a Ecuador, Colombia, Perú y México.

Ese día abandonó la sede del Sindicato de los Metalúrgicos de São Bernardo do Campo en medio de un tumulto para entregarse a las autoridades en un clima de tensión provocado por militantes que intentaron evitar su salida y se dirigió a un vehículo de la Policía Federal que le esperaba en las inmediaciones.

Lula se declaró siempre inocente y se considera víctima de una conspiración política para favorecer al ultraderechista Bolsonaro —quien ganaría las elecciones de 2018 ante su delfín, Fernando Haddad ya que fue inhabilitado para competir en las elecciones por su condena por corrupción—, que lo usó de espantajo para ganarse el apoyo de las clases medias y vencer en 2018 con un discurso anticorrupción.
Luiz Inácio Lula da Silva junto a su tercera esposa, Rosangela da Silva ‘Janja’. (AFP / Archivo)

Pero no por ello perdió influencia en el PT ni en la política brasileña, si bien el escándalo hizo que se convirtiera en un líder repudiado por buena parte de la población, la filtración de los chats de Moro con otros fiscales para perjudicarlo fue el escándalo con el que le otorgarían meses después su libertad, alegando que no se realizó un juicio justo en su contra.

Sería liberado el 8 de noviembre de 2019, y en marzo de 2021 recuperó sus derechos políticos con la anulación de sus condenas judiciales. Tras volver a ser elegible, el ex sindicalista mantuvo por un tiempo en suspenso su candidatura, mientras cuidaba su imagen internacional con giras por el extranjero.

Las tragedias de Lula como mandatario

"El hombre", como fue apodado en su momento por el ex presidente Lula da Silva, también sumó tragedias personales a sus reveses políticos y judiciales desde el fallecimiento de su segunda esposa, Marisa Leticia, en febrero de 2017. Ya encarcelado, perdió a un hermano y a un nieto de siete años. Antes, en 2011, sufrió un cáncer de laringe que terminó superando.

Pero con el tiempo incrementó sus apariciones públicas en tono electoral, así como sus traspiés, con polémicas declaraciones sobre la Policía o la guerra en Ucrania, de la que responsabilizó al presidente ucraniano Volodimir Zelenski “tanto” como a su par ruso Vladimir Putin.

Pero supo canalizar los errores de Bolsonaro como presidente por su manejo de la pandemia de covid-19 —en la que acusan al actual mandatario de genocidio—, el aumento de la pobreza, la destrucción ambiental y la radicalización ideológica en Brasil. 

Pero este autodefinido “joven de 76 años”, que en mayo se casó por tercera vez, con Rosangela da Silva —una socióloga de 55 años—, regresa de muy abajo. A pesar de su edad, dijo sentirse “con la energía de 30” y que volverá al poder para “recuperar el país”.

dr | JLMR

Fuente: Melenio, Mexico.

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