El triunfo de Javier Milei en el balotaje ha generado un impacto inmediato en el ámbito internacional, despertando el interés y la preocupación de analistas e inversores. A pesar del breve repunte en los activos locales tras la noticia, los informes preliminares y las opiniones externas destacan la incertidumbre que rodea a la Argentina ante un nuevo escenario libertario.
La proclamación de Milei como presidente electo, reconocido por su postura anarcocapitalista y propuestas de dolarizar la economía y eliminar el Banco Central, ha desatado múltiples reflexiones y especulaciones en el exterior. Los análisis iniciales sugieren que se espera que Milei modere sus políticas y retórica, adoptando un enfoque más pragmático en su gobierno, aunque el país ingrese a aguas desconocidas.
La sorpresa por el amplio margen de victoria libertaria ha impactado también en las mesas de operaciones internacionales, donde se especula que, dada la falta de apoyo parlamentario, Milei podría no implementar todas las medidas de su programa político. Se destaca la importancia de la alianza con el PRO, entendiendo que la falta de mayorías en el Congreso plantea desafíos y subraya la necesidad de un nuevo equipo económico creíble.
Las expectativas se centran en el anuncio del gabinete y las señales del apoyo técnico del PRO, con énfasis en la urgencia de un plan de estabilización y ajustes fiscales, pero se reconoce el riesgo de ejecución dada la escasez de reservas en el BCRA y el contexto de transición.
Las mesas de operaciones anticipan volatilidad en los activos argentinos hasta que se conozcan los detalles de las reformas y el cronograma de implementación. La atención también se dirige a la política exterior de Milei, quien ha adelantado cambios en las relaciones con China y Brasil, reforzando lazos con Estados Unidos e Israel.
En cuanto a la dolarización, persisten las dudas y se señala como un “experimento económico”. Se citan experiencias previas y se destaca la necesidad de programas estructurales para que esta medida se convierta en crecimiento económico a largo plazo, recordando la experiencia de la convertibilidad y expresando cautela ante la propuesta de Milei.
En resumen, si bien se reconoce el potencial positivo de ciertas medidas, se advierte sobre los desafíos que enfrentará el país en su camino hacia la estabilidad económica, dejando claro que la retórica debe ser respaldada con estrategias sólidas y acciones concretas.