El jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, enfrenta una avalancha de críticas por su decisión de que las elecciones locales sean concurrentes con las nacionales pero separadas de estas. Aunque esto podría ser beneficioso para su proyecto presidencial, ha causado molestias en el PRO, partido político al que pertenece y que incluye a figuras como Mauricio Macri, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal.
Una de las consecuencias inmediatas de esta decisión es que la Legislatura porteña, que actualmente está liderada por el jefe de gobierno, podría perder su “quórum automático” ya que algunos legisladores del PRO están dispuestos a bloquearlo. Esto significaría que el larretismo tendría que buscar apoyo en el Frente de Todos para poder tratar leyes.
Además, el anuncio de Larreta generó tensiones dentro del PRO. Durante una reunión del partido, Macri se mostró “desilusionado” porque considera que el jefe de gobierno está tomando decisiones sin consultar al resto del partido. Algunos legisladores del PRO, como Juan Pablo Arenaza, Carolina Estebarena y Marilú González Estevarena, ya han confirmado su descontento y disposición a bloquear el quórum. Otros, como Paola Michielotto, Daniel Del Sol y Mercedes De Las Casas, también podrían sumarse.

A pesar de los argumentos públicos de Larreta para justificar su decisión, como la necesidad de utilizar la Boleta Única Electrónica y evitar que los ciudadanos tengan que votar hasta seis veces en un año, se cree que en realidad su intención es evitar decir “no” a su socio radical Martín Lousteau, que aspira a sucederlo en la Ciudad. Si Larreta logra mantener su fidelidad al PRO y salir “emancipado” de Macri, como sugieren algunos analistas políticos, podría tener éxito en su proyecto presidencial, pero tendrá que lidiar con las consecuencias de las tensiones internas en su partido.