Las lecciones de Sebreli

Los libros de Sebreli (1930-2024) son educativos, perspicaces y apasionantes: brillantemente implacables con las ideas que ataca y extraordinariamente generosos con los lectores.

Ha muerto a los 93 años el ensayista argentino Juan José Sebreli. Sociólogo, estudioso de la vida cotidiana, sabio inverosímil y polemista infatigable, alcanzó notoriedad con Buenos Aires, vida cotidiana y alienación. Fue el introductor de Alexandre Kojève en Argentina, tradujo a Simone de Beauvoir y György Lukacs, y formó parte del Frente de Liberación Homosexual. En sus obras mezclaba la historia, la literatura, el estudio de lo cotidiano, la filosofía y la sociología. Escribió obras de referencia como Tercer mundo, mito burgués, Los deseos imaginarios del peronismo, Las aventuras de la vanguardia, así como las memorias El tiempo de una vida. El primer libro suyo que leí es El asedio a la modernidad, por recomendación de Félix Romeo. Me impresionó; después leí la edición ampliada en Debate, con la misma admiración o más. En esa apabullante crítica del relativismo cultural desmontaba las premisas del populismo, del nacionalismo, del indigenismo y del tercermundismo. Señalaba que muchas veces defendemos lo exótico, sin pensar en que aquellos a quienes condenamos a la “vida auténtica” no pueden elegir, mientras que nosotros sí: lo exótico para nosotros puede ser una trampa de miseria para los demás. Sobrevalorar la identidad cultural de los pueblos llevaba a defender supersticiones y prejuicios, y a aceptar hábitos que son estupideces o crímenes. Si ese libro trazaba la genealogía y las contradicciones del relativismo en las ciencias sociales, El olvido de la razón (Debate) estudiaba la corriente irracionalista en la filosofía contemporánea.  Allí escribía: “El pensamiento racional y crítico está hoy acorralado entre dos fuegos: contra los fundamentalistas debe reivindicar la libertad de expresión, el diálogo democrático, la pluralidad. A la vez, contra el relativismo debe admitir que no todas las opciones tienen idéntica validez; que hay algunos valores, como la libertad y la igualdad, por encima de otros”. Sebreli adoptaba posiciones impopulares, siempre bien argumentadas, con claridad, erudición y capacidad de persuasión. Criticó el peronismo y la Iglesia, atacó en Comediantes y mártires mitos nacionales como Eva Perón o Maradona. Reivindicaba la Ilustración, Hegel y el primer Marx. Tuvo cambios ideológicos. Criticaba la derecha y la izquierda; se reivindicó como “un marxista proscrito, un militante sin partido, un socialisa solitario”; también, como liberal de izquierda.  Fue un gran detector y enemigo de la estupidez. Sus libros son educativos, perspicaces y apasionantes: brillantemente implacables con las ideas que ataca y extraordinariamente generosos con los lectores.

Este artículo apareció originalmente en El Periódico de Aragón.

Por Daniel Gascón

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