En el edificio HQ1 y HQ2, ubicados en la intersección de la calle 19 y la Avenida Pennsylvania en Washington D.C. (EE.UU.), se plantea una interrogante que genera inquietud: ¿Cuál es la verdadera opinión del gobernante Frente Unión por la Patria acerca del Fondo Monetario Internacional (FMI)? La discrepancia entre Sergio Massa y los líderes del espacio, como Cristina Fernández de Kirchner, Axel Kicillof y Máximo Kirchner, ha generado dudas sobre la postura oficial en relación al FMI y cómo el precandidato presidencial único, Massa, lidiará con estas diferencias internas.
En el FMI, algunos valoran la candidatura presidencial de Sergio Massa por el oficialismo e incluso lo celebran, pero surge la interrogante de cómo sobrevivirá Massa a las opiniones divergentes dentro de su propio espacio político con respecto al FMI. Se ha llegado a Kristalina Georgieva, a pocos metros de la estación Farragut North del tren subterráneo, la información de que la mayoría de los legisladores propuestos por Unión por la Patria responden a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, mientras que su hijo Máximo encabeza la lista por la Provincia de Buenos Aires, lo que podría posicionarlo como presidente de la Cámara Baja, un cargo de importancia en el sistema anglosajón.
Massa ha planteado su visión sobre el FMI, mencionando que “ir al Fondo” implica asumir metas, compromisos y obligaciones que limitan la autonomía del país y lo atan a un programa que determina su capacidad de repago. Sin embargo, surge la pregunta de si el problema radica en el FMI en sí mismo o en la necesidad del oficialismo de asegurar recursos suficientes para llevar a cabo su proselitismo y modificar el Orden Fiscal que se había prometido cumplir.
El FMI ha respondido a las críticas argentinas con dos reproches centrales: por un lado, señala que Argentina no está pagando nada al FMI a pesar de que se queja de él, pero en realidad el organismo le concede los recursos necesarios para afrontar los vencimientos y extiende el plazo de pago a 10 años. Por otro lado, el FMI plantea si es el responsable de impedir que Argentina pueda alcanzar los cuatro pilares propuestos por Massa para los próximos 10 años: orden fiscal, superávit comercial, competitividad cambiaria y desarrollo con inclusión.
En el marco de la campaña, Sergio Massa ha aprovechado para marcar diferencias con sus rivales de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, afirmando que la salida no es destruir y reconstruir desde cero, sino que se requiere trabajo y disciplina para construir y reparar junto con la gente. Sin embargo, mientras intenta lograr unidad en las PASO, se plantea si las concesiones discursivas hacia el kirchnerismo son necesarias o si podrían afectar su respaldo tanto de los independientes como de su propio espacio político.