Con la sorpresiva victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, los analistas económicos están poniendo especial atención a cómo esto afectará al mercado argentino, un escenario marcado por una creciente incertidumbre ante los retos económicos internos. Según un análisis realizado por Portfolio Personal Inversiones (PPI), el triunfo del candidato republicano ya era parcialmente esperado por el mercado argentino, que anticipó un endurecimiento de las políticas fiscales de Estados Unidos, lo que desencadenará efectos inmediatos en el comportamiento de las monedas globales y, en particular, en la economía argentina.
PPI advierte que el fortalecimiento de la política fiscal de Trump probablemente elevará la tasa de los Treasuries, incentivando que los flujos de inversión migren hacia Estados Unidos. Como resultado, el dólar se fortalecerá a expensas de la depreciación de otras monedas alrededor del mundo, una tendencia que ya se venía gestando en las semanas previas a las elecciones. El índice DXY, que mide el valor del dólar frente a una canasta de monedas de países desarrollados, mostró un aumento del 3% entre el 27 de septiembre y el día de la confirmación de la victoria de Trump, lo que hace prever que esta tendencia se acentúe.
Sin embargo, la particularidad del caso argentino es que el país se encuentra bajo un régimen de tipo de cambio administrado y con restricciones cambiarias (cepo), lo que podría evitar que el peso argentino se deprecie como el resto de las monedas regionales y globales. PPI explicó que, a pesar del fortalecimiento del dólar, las probabilidades de que el peso se aprecie, al menos en términos reales, son elevadas. En términos del índice de tipo de cambio real multilateral (ITCRM), que mide el valor real del peso respecto a varias monedas, se observó una caída del 4,7% desde el 27 de septiembre, especialmente debido a la devaluación frente al real brasileño.
Por otro lado, la incertidumbre persiste sobre si Argentina logrará alcanzar un superávit financiero sostenible. PPI subraya que antes de la victoria de Trump, el peso argentino ya estaba cerca de los niveles que había dejado el exministro de Economía, Sergio Massa. Con el dólar oficial en aumento desde la asunción de Javier Milei, se percibe que el ajuste cambiario ya ha absorbido gran parte del impacto, y la cuestión ahora es si el país podrá mantener un superávit financiero sin un ajuste fiscal más profundo o sin una mayor flexibilización de los controles cambiarios.
El análisis de PPI sugiere que, si bien los dólares provenientes de medidas como el blanqueo podrían aliviar la situación financiera en el corto plazo, es improbable que el superávit financiero se mantenga de manera sostenible si no se eliminan los controles de capitales y cambiarios. En este contexto, la política económica del gobierno de Milei se enfrenta a un desafío crucial: cómo manejar la presión externa e interna mientras trata de equilibrar la economía sin generar un impacto negativo sobre la competitividad del peso y el acceso a los mercados internacionales.