La reciente cohesión lograda por la UCR en la Cámara de Diputados ha representado no solo la unificación de posturas sino también la emergencia de nuevos liderazgos dentro del partido centenario, marcando un paso adelante en la renovación generacional. Los radicales que respaldaron la candidatura de Rodrigo de Loredo a la presidencia del bloque sostienen que representa una figura renovadora. Si bien responde a la estructura de Martín Lousteau, líder de Evolución, también ha logrado captar el respaldo de los gobernadores electos, quienes también buscan liderar el espacio.

Esta consolidación del sector liderado por De Loredo ha llevado a una pérdida de influencia del espacio encabezado por Gerardo Morales, quien recientemente se alió con Facundo Manes, en las próximas decisiones y en los espacios de poder aún por definir. “El poder se concentrará en los bloques”, advierten los armadores radicales, quienes trabajaron intensamente para lograr la unificación del bloque.

Las negociaciones se centraron, según lo reconstruido por Infobae, en la forma de comunicar la retirada de Manes de sus aspiraciones para liderar la UCR en Diputados. Se esperaba una foto de unidad en la mañana del jueves, antes de la jura de los nuevos legisladores, pero el neurólogo no se presentó. En cuanto a la presidencia del bloque radical, se oficializó que Rodrigo de Loredo será secundado por Karina Banfi, mientras que Soledad Carrizo continuará como secretaria parlamentaria.

Sin embargo, el nombramiento que causó mayor revuelo fue el de Miguel Aguirre como secretario general del bloque. “Lo de Aguirre es un mensaje para Gustavo Valdés”, advierten en el Grupo Malbec. Esta designación refleja el enfrentamiento entre Aguirre y Valdés, evidenciado en la disputa por el bloque. Valdés expresó su descontento con el apoyo de Aguirre a Manes, afirmando que esto no es lo que se esperaba del bloque de gobernadores, ya que buscaban una mayor cohesión.

El diputado correntino, consultado sobre la disputa con Valdés, respondió en medios locales que trabaja por convicción y no por imposición. En el entorno del gobernador, sospechan que Morales y Manes están detrás de la designación de Aguirre. Esto también se relaciona con las aspiraciones de Valdés de presidir el Comité Nacional de la UCR, donde, según estimaciones, Lousteau tiene el apoyo mayoritario.

La fractura que se evidenció en el Congreso Nacional no se replicó en la Legislatura bonaerense, ya que fracasaron los intentos de unificación. Los 14 legisladores radicales alineados con Maximiliano Abad acordaron elegir a Diego Garciarena como presidente del bloque. Sin embargo, cinco de esos diputados que responden a Manes decidieron romper, descontentos con el liderazgo de Abad. En consecuencia, el bloque de la UCR bonaerense oficializó su ruptura, con un grupo de cinco legisladores que responden a Manes y otro sector de ocho correligionarios presididos por Garciarena. Este último se integrará al interbloque de Juntos, sumando un total de 30 bancas. A pesar de las negociaciones, el bloque del neurólogo no logró integrarse a la coalición parlamentaria.