“Escuchar que la inflación está autoconstruida me remite a Freud. En un país donde hay un sistema presidencialista tan fuerte, donde no hay tres poderes independientes el uno del otro, sino uno solo que es el ejecutivo, la personalidad y la salud mental del presidente condiciona todas las políticas públicas y en especial la política económica”, inició el economista Ariel Coremberg.
“Escuchar que la inflación está autoconstruida me remite a Freud. En un país donde hay un sistema presidencialista tan fuerte, donde no hay tres poderes independientes el uno del otro, sino uno solo que es el ejecutivo, la personalidad y la salud mental del presidente condiciona todas las políticas públicas y en especial la política económica”, inició el economista Ariel Coremberg.
El entrevistado continuó sosteniendo que “no es ya que la credibilidad y reputación del Banco Central, el ministerio de Economía o de quien maneje el gasto público es fundamental, sino que en un sistema presidencialista cualquier error en la toma de decisiones por parte del líder puede llevar a cometer grandes errores de políticas públicas, como la cuarentena”. Y sintetizó: “Yendo al punto, no podemos buscar un Banco Central, una política monetaria, una secretaría de Hacienda, una política fiscal consistente y creíble si no son creíbles las palabras presidenciales”.
A su vez, el especialista en cuestiones económicas diferenció: “Obviamente, lo de la inflación autoconstruida es una cosa, la narrativa presidencial es otra cosa y el ejercicio de la política es otra”.
Desde este aspecto, empezó a enumerar situaciones durante este periodo gubernamental que, según él, no guardaban la más mínima coherencia: “En este gobierno tenemos un presidente que agitó la expropiación de Vicentín, que no logró, y agitó también la ocupación cuando Grabois cultivaba rabanitos en el campo ajeno de los Etchevehere“.
“Al mismo tiempo, el Banco Central aplicaba una política monetaria ultraortodoxa como la que aplica hoy y el ministro de Economía buscaba renegociar amigablemente con los holdouts para llegar a un acuerdo, que efectivamente lo hizo”, amplió. Luego, se enfocó en lo que sucede en la actualidad: “Ahora tenemos un nuevo ministro de Economía cuya gestión sigue siendo de parches, pero que se arrastra ante el FMI para cumplir con todos los requisitos de las metas que se demandan”.
Para concluir, Coremberg señaló: “Se ha profundizado un efecto que todos los libros de macroeconomía señalan que es que, cuando vos no tenés credibilidad y reputación en el ejercicio de la política monetaria, uno se queda sin reservas en el Banco Central y el tipo de cambio se dispara”.
“Traduzco lo anterior a Argentina, ni el Banco Central ni la persona presidente cuentan con reputación porque uno observa que, en el área política de la presidencia de Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, apoyada por el Instituto Patria, sostiene una política, si se quiere de izquierda, de expropiación de la propiedad privada”, cerró. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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