Los ojos del mercado financiero están centrados en La Rioja, donde la propuesta de una nueva cuasi moneda provincial podría desencadenar una crisis de consecuencias imprevisibles en medio de la actual volatilidad financiera.

La emisión de cuasi monedas durante la crisis de 2001, que acumuló $8,200 millones en una época en la que un peso equivalía a un dólar, sigue siendo motivo de inquietud en el mercado. En aquella ocasión, 15 cuasimonedas provinciales, junto con medios de pago nacionales y municipales, fueron creadas como respuesta a un drástico recorte fiscal. Sin embargo, estas monedas sufrieron desvalorización en el mercado, generando traumatismos para quienes las recibían como salario.

Ahora, a 23 años de esa experiencia, la decisión del gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, de emitir una nueva moneda provincial ha reavivado el debate sobre las posibles consecuencias económicas. Aunque algunos, como Javier Milei, sugieren que no habrá inflación en pesos, sino en la propia moneda provincial, otros expresan preocupación por el riesgo de contagio a provincias más grandes, especialmente a Buenos Aires.

Las cuasimonedas, emitidas para pagar salarios y servicios públicos, plantean el desafío de aceptación y su posible impacto a nivel nacional. El gobernador Axel Kicillof de Buenos Aires no ha tomado una decisión, pero la posibilidad de seguir el ejemplo riojano preocupa a algunos, dada la gran población de la provincia.

El optimismo de algunos, como Jorge Yoma, se contrapone con la cautela de economistas que señalan riesgos como el aumento de la circulación monetaria y el encarecimiento real para empresas privadas al pagar impuestos nacionales. La incertidumbre sobre la actitud del presidente Milei frente a las cuasimonedas provinciales plantea interrogantes sobre posibles rescates, ya que el presidente ha enfatizado la autonomía financiera de las provincias.