El sistema financiero argentino avanza hacia una apertura cada vez mayor, impulsado por la búsqueda de libertad financiera y la adopción de nuevas tecnologías. Este movimiento no es una moda pasajera, sino una respuesta a la necesidad de modernizarse en un mundo cada vez más digitalizado. Las finanzas descentralizadas (DeFi) y la tecnología blockchain, junto con la “tokenización” de activos, están transformando el panorama de los fondos de inversión en el país.
CVU en dólares y nuevas oportunidades para usuarios
Uno de los proyectos más esperados para el próximo año es la integración de las cuentas CVU en dólares, que permitiría a los usuarios gestionar sus ahorros en la divisa estadounidense a través de billeteras virtuales y aplicaciones bancarias. Aunque todavía no hay una fecha oficial para su lanzamiento, el Banco Central y las fintech están avanzando en la normativa necesaria para su implementación, lo que complementaría el uso creciente de las cuentas CVU en pesos que ya se utilizan ampliamente en el país.
Estas nuevas cuentas facilitarían una mayor flexibilidad para los usuarios, ofreciendo una alternativa al sistema bancario tradicional que a menudo está limitado por las restricciones regulatorias. Empresas como Koibanx, pioneras en soluciones blockchain en América Latina, están trabajando para integrar estas cuentas en los sistemas de pago locales, permitiendo transacciones más ágiles y seguras tanto en dólares como en criptomonedas.
El boom de la tokenización: activos del mundo real y depósitos tokenizados
Otro gran cambio que se vislumbra para 2025 es la aceleración en la tokenización de activos. Este proceso implica convertir activos físicos o financieros en tokens digitales mediante tecnología blockchain, permitiendo la representación de propiedades, commodities y acciones de una manera más accesible y segura. Según un informe de Tren Finance, se estima que el mercado de activos tokenizados podría multiplicarse por 50 para el año 2030.
Grandes jugadores como BlackRock ya han anunciado planes ambiciosos para tokenizar hasta 10.000 millones de dólares en activos, mientras que empresas como Visa están desarrollando plataformas para tokenizar no solo criptomonedas, sino también bienes físicos, abriendo nuevas oportunidades tanto para inversores como para empresas.
Sebastián Nocito, CEO de Grupo Helipagos, destaca que “la clave no es la competencia, sino la colaboración entre fintech y bancos para desarrollar productos innovadores que satisfagan las demandas de los usuarios”. En este sentido, se espera que la tokenización de depósitos permita a los usuarios realizar pagos mediante tokens, agilizando aún más las transacciones y reduciendo los costos.
La digitalización como motor de inclusión financiera
La digitalización también está revolucionando el mercado laboral, especialmente para aquellos que exportan sus servicios al exterior. Plataformas como Bitwage ya permiten a los trabajadores recibir pagos en criptomonedas y stablecoins, una herramienta valiosa para proteger los ingresos frente a la volatilidad económica del país. Mariquena Otermin, content manager de Bitwage, anticipa que 2025 será un año de grandes oportunidades gracias a la transparencia y control que ofrece la blockchain.
Por su parte, Round Capital ha lanzado “Conectia”, el primer proyecto de edificio tokenizado en Argentina, ubicado en Monserrat. Christian Silbergleit, líder de la firma, ve en la tokenización una forma de democratizar el acceso a inversiones inmobiliarias, permitiendo que pequeños inversores participen mediante tokens. Esta tendencia podría cambiar drásticamente el mercado inmobiliario y otros sectores, fomentando una mayor conexión entre oferentes y demandantes.
El futuro de las finanzas en Argentina: desafíos y oportunidades
Si bien estos avances abren un nuevo horizonte para el sistema financiero argentino, también plantean desafíos regulatorios y estructurales. La interoperabilidad de plataformas y la desregulación progresiva serán claves para que estas innovaciones puedan consolidarse y expandirse en el mercado.
Con la adopción de nuevas tecnologías y un enfoque en la colaboración entre actores tradicionales y emergentes, Argentina se prepara para un 2025 lleno de cambios que prometen transformar no solo el sector financiero, sino también el acceso a la inclusión económica y digital para sus ciudadanos.