En un giro predecible, Joe Biden y Donald Trump se preparan para enfrentarse nuevamente en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre, marcando la primera revancha en casi 70 años después de las elecciones primarias en Georgia, Mississippi y el estado de Washington.

Ambos candidatos aseguraron los delegados necesarios para garantizar la nominación de sus respectivos partidos. Biden, agradecido por la confianza de la coalición demócrata, expresó que la amenaza que representa Trump es mayor que nunca. Mientras tanto, Trump, logrando la nominación presidencial republicana, arremetió contra Biden, llamándolo “el corrupto Biden” y prometiendo un retorno a la presidencia con un enfoque en cerrar fronteras y revitalizar la economía.

A pesar de haber alcanzado matemáticamente la nominación, ambos candidatos deberán esperar las convenciones partidarias para proclamarse oficialmente. La convención republicana se llevará a cabo del 15 al 18 de julio en Milwaukee, Wisconsin, y la demócrata en Chicago, Illinois, del 19 al 22 de agosto.

Sin embargo, la revancha no es recibida con entusiasmo por parte de gran parte del electorado desencantado por ambos líderes. Muchos expresan su descontento ante la perspectiva de revivir las tensiones de las elecciones de 2020.

Trump, a pesar de liderar en las encuestas, enfrenta el desafío de unificar a los republicanos y superar los numerosos cargos criminales en su contra. Biden, por su parte, busca conquistar a los republicanos moderados desilusionados con Trump, mientras lidia con la desconfianza de demócratas jóvenes propalestinos y enfrenta desafíos como el colapso del sistema de asilo y la situación en la frontera con México. Ambos candidatos se preparan para una competencia reñida y llena de desafíos en su camino hacia noviembre.