La sesión del Senado prevista para el jueves atraviesa una serie de complicaciones debido a la falta de votos en el bloque de Unión por la Patria (UxP) y las dificultades del oficialismo para avanzar en la aprobación de la Boleta Única de Papel (BUP). Además, el debate sobre el rechazo al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que otorgó fondos millonarios a la Secretaría de Inteligencia (SIDE) y la ley de financiamiento universitario está en riesgo de no realizarse por la ausencia de un quórum suficiente.
El bloque kirchnerista, liderado por el senador José Mayans, se enfrenta a una serie de bajas que debilitan su capacidad para sumar los votos necesarios. Entre las ausencias más notables está la de la senadora Silvina García Larraburu, quien se recupera de una cirugía. En total, cinco miembros del bloque peronista no podrán asistir, lo que complica aún más la posibilidad de avanzar con el rechazo al DNU, ya rechazado por la Cámara de Diputados.
A esta situación se suma la falta de consenso en torno a la Boleta Única de Papel. Aunque la Casa Rosada promueve esta medida como parte de la reforma electoral, la iniciativa no cuenta con los 37 votos necesarios para su aprobación. La resistencia de senadores de Río Negro y Misiones, quienes rechazan la eliminación del casillero de lista completa, ha frenado el avance del proyecto. Además, los gobernadores radicales también han expresado sus preocupaciones sobre las modificaciones propuestas, lo que ha generado tensiones adicionales.
Fuentes dentro del Congreso sugieren que podría existir un acuerdo entre el oficialismo y el kirchnerismo para postergar la sesión, ya que ambos sectores prefieren evitar un debate que podría resultar conflictivo en este momento. Si se cancela la sesión, sería el cuarto intento fallido por avanzar con la reforma electoral.
Mientras tanto, las negociaciones continúan, con la posibilidad de que otros temas clave, como el financiamiento universitario y el DNU de la SIDE, se traten en futuras sesiones. Sin embargo, la falta de quórum y el desacuerdo entre los bloques mantienen el debate en un punto muerto, lo que incrementa la incertidumbre sobre el futuro de estos proyectos en el Senado.