La inflación en Argentina se ha convertido en una película que luce más como una pesadilla de terror que como un drama económico. Desde 2020, la tasa de inflación ha aumentado de manera alarmante: 36.1% en 2020, 50.9% en 2021, 94.8% en 2022, y se espera que alcance entre 154% y 180% en 2023. En total, en tan solo cuatro años, la inflación podría superar el 850%, acercándose a la marca del 900-1,000% al finalizar 2023.

Esta película es protagonizada por Sergio Massa en el papel de Ministro de Economía, bajo la dirección, aunque sombría, de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. El aumento de precios descontrolado ha llevado a la pérdida significativa del poder adquisitivo de los salarios y una creciente preocupación económica en Argentina.

El gobierno ha respondido con medidas parche, como sumas fijas a cuenta de paritarias para trabajadores, bonos para jubilados y aumentos en programas de asistencia social. Sin embargo, estos parches no han podido contener la inflación y han tenido un efecto limitado en la recuperación del poder adquisitivo de los ciudadanos.

En 2023, se espera una caída del 3.1% en el salario real promedio de los trabajadores en blanco del sector privado después de descontar la inflación. Los trabajadores informales, que representan aproximadamente 8 millones de personas, enfrentan una caída del 15.5% en su poder adquisitivo en 2023, acumulando una disminución del 40% en los últimos cuatro años.

Los bonos, que se entregan temporalmente, han llevado a un crecimiento mínimo en las jubilaciones y asignaciones por hijo. El poder de compra de la Asignación Universal por Hijo (AUH) se ha reducido en un 70% desde su creación hace 14 años.

La respuesta del gobierno ha sido criticada por varios gobernadores, incluso algunos oficialistas, que se niegan a pagar bonos de $60,000 a empleados estatales en sus provincias. Sin embargo, el apoyo de los gobernadores puede depender de las transferencias discrecionales que reciben del gobierno central, permitiendo cierta flexibilidad en su respaldo a Massa.

A pesar de estos desafíos económicos, Massa y su equipo continúan enfrentando una economía turbulenta y una inflación desenfrenada mientras se acercan las elecciones de octubre. La incertidumbre sobre el futuro económico y la lucha contra la inflación siguen siendo temas centrales en la política argentina.