La paradoja del gas en Ucrania: ahogar las cuentas de Rusia o el suministro de Europa

Ucrania tiene ante sí una gran paradoja con el suministro de gas. Mientras Rusia les ataca, el país mantiene abierta la espita que permite financiar la invasión para no perjudicar a sus aliados. La encrucijada ucraniana es de tal calibre que llega a la sorprendente situación de que se transportará más gas ruso a Europa a través de este país pese a que ambos ya están inmersos en una guerra.

Tras la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia en 2014, Ucrania interrumpió las importaciones directas de gas de Rusia y las sustituyó por suministros procedentes de otros países europeos. Sin embargo, gran parte de las cantidades importadas se originan igualmente en Rusia y llegan a Ucrania a través de flujos inversos.

Con 72 estaciones de compresión, la red de transporte de gas de Ucrania incluye casi 28.000 millas de tuberías y 13 instalaciones de almacenamiento subterráneo con una capacidad total de trabajo de 1,1 Tcf, lo que sitúa al país como el segundo mayor por capacidad de almacenamiento de Europa y Eurasia, por detrás de Rusia.

Ucrania cuenta con la mayor infraestructura de tránsito de gas del mundo que permite a los mercados europeos recibir entre 2,9 y 3,3 Tcf de gas natural ruso al año, lo que supone cerca del 35% del consumo.

Alemania, Austria, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Moldavia, Polonia, República Checa, Rumanía y Serbia reciben gas ruso a través de Ucrania. En el pasado, las disputas entre ambos países ya han provocado interrupciones en las exportaciones de gas.

Dos grandes sistemas de gasoductos transportan el hidrocarburo ruso a través de Ucrania hacia Europa Occidental. El gasoducto Bratstvo, que se origina en el yacimiento de Urengoy, cruza de Ucrania a Eslovaquia y se divide en dos direcciones para abastecer a los países del norte y del sur de Europa. El gasoducto Soyuz, que nace en el pozo de Orenburg, enlaza los gasoductos rusos con las redes de Asia central y suministra volúmenes adicionales a países del centro y norte de Europa, como Eslovaquia, Hungría y Rumanía. Otro tercer gran gasoducto conecta el gas ruso con los países balcánicos y Turquía.

Rusia, por su parte, ha impulsado los gasoductos TurkStream y Nord Stream con el objetivo de evitar el tránsito por Ucrania para disminuir su papel clave como suministrador pero dentro de las sanciones impuestas por la Comisión figura paralizar la autorización del Nord Stream 2.

La comisaria de Energía, Kadri Simson, y el director general de la Agencia Internacional de la Energía, Fatih Birol, se han reunido para analizar las posibles respuestas a una posible crisis de suministro en Europa.

En la misma línea, la Casa Blanca se ha puesto en contacto con algunos de sus principales aliados para coordinar -en el caso de que fuera necesario- la posible liberación de reservas de petróleo.

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