La memoria, guardiana de la identidad: cómo protegerla del deterioro, según la ciencia

La memoria no solo almacena datos y experiencias: es el eje de la identidad personal, la capacidad de aprender y la posibilidad de proyectarse hacia el futuro. Según el neurocientífico Charan Ranganath, de la Universidad de California, cuidarla es clave para mantener la autonomía y el sentido de continuidad a lo largo de la vida.

En una conversación con el investigador Andrew Huberman, Ranganath explicó cómo se forman y consolidan los recuerdos, qué hábitos fortalecen la memoria y cómo prevenir trastornos como el Alzheimer. También advirtió sobre los riesgos de la multitarea, el envejecimiento y las enfermedades que afectan indirectamente al cerebro.

La memoria como brújula vital

Para el especialista, este proceso no solo sirve para recordar el pasado: actúa como un sistema que selecciona experiencias previas para interpretar el presente y planificar el futuro. Su pérdida, ya sea por la edad o por enfermedades neurodegenerativas, puede desorientar y alterar la noción del propio yo.

La memoria episódica, en particular, permite situarse en un contexto y tomar decisiones coherentes. Cuando se daña, las personas pueden quedar atrapadas en una versión desactualizada de sí mismas, afectando sus relaciones, su autonomía y su capacidad de planificar.

Hábitos que fortalecen la memoria

Un estudio con 29.000 participantes en China mostró que quienes mantenían entre cuatro y seis hábitos saludables tenían mejor rendimiento en pruebas de memoria diez años después. Los factores clave incluyen:

  • Dormir bien.
  • Realizar actividad física regular.
  • Mantener interacción social.
  • Seguir una dieta equilibrada.
  • No fumar ni abusar del alcohol.

El especialista también señaló la importancia de tratar problemas como la diabetes, las enfermedades de encías, la pérdida de audición o la visión deteriorada, que pueden acelerar el deterioro cognitivo.

Curiosidad, dopamina y aprendizaje

Ranganath desarrolló junto a Matthias J. Gruber el modelo PACE, que describe cómo la curiosidad estimula la liberación de dopamina, facilitando la consolidación de recuerdos y la neuroplasticidad. El consejo: exponerse a nuevas experiencias, aceptar el error y mantener una actitud exploradora para fortalecer las reservas cognitivas.

La multitarea, enemiga de la memoria

“La multitarea es mala para la memoria. Punto”, advirtió Ranganath. Cambiar constantemente de tarea interrumpe la formación de recuerdos coherentes, aumenta el estrés y agota el control cognitivo. La recomendación: enfocarse en una sola actividad a la vez y documentar experiencias de forma consciente, revisando luego fotos o registros para reforzar el recuerdo.

En definitiva, la memoria se preserva con una combinación de hábitos saludables, estimulación mental y atención plena. Y, como resume Ranganath, “cuidar la salud general es cuidar la salud del cerebro”.

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