Debate y Convergencia

La jornada laboral de cuatro días sigue avanzando en el mundo

El Congreso chileno ha aprobado una ley que reduce la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales en un plazo de cinco años. La iniciativa, que permite la semana laboral de cuatro días, fue sancionada por la Cámara de Diputados tras obtener la aprobación unánime del Senado. Chile se convierte así en uno de los pocos países de América Latina con una semana laboral de 40 horas, junto con Ecuador.

La reducción de la jornada laboral se aplicará de forma gradual. Durante el primer año se reducirá a 44 horas semanales, mientras que en el tercer año se limitará a 42 horas. Al cabo de cinco años, la jornada laboral se establecerá en 40 horas, que es el tiempo de trabajo recomendado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Además, se reducirá la cantidad de horas extras permitidas por semana, pasando de las 12 actuales a 5.

La nueva ley también prevé la posibilidad de trabajar cuatro días y descansar tres, lo que supone un cambio significativo respecto a la legislación actual, que obliga a trabajar un mínimo de cinco días a la semana.

La iniciativa fue presentada en 2017 por la entonces diputada Camila Vallejo, hoy ministra de la Secretaría General de Gobierno de Gabriel Boric. La semana laboral de cuatro días no solo mejora las condiciones de trabajo y la calidad de vida de los trabajadores, sino que también beneficia a las empresas. Según estudios realizados en todo el mundo, permite conciliar mejor la vida personal y profesional, lo que aumenta la felicidad de los trabajadores y contribuye a un mayor rendimiento.

El Congreso chileno ha aprobado una ley que reduce la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales en un plazo de cinco años, lo que permitirá una semana laboral de cuatro días. La iniciativa fue sancionada por la Cámara de Diputados tras obtener la aprobación unánime del Senado, convirtiendo a Chile en uno de los pocos países de América Latina con una semana laboral de 40 horas, junto con Ecuador.

La reducción de la jornada laboral se aplicará gradualmente, reduciéndose a 44 horas semanales durante el primer año, y limitándose a 42 horas en el tercer año. Al cabo de cinco años, la jornada laboral se establecerá en 40 horas, el tiempo de trabajo recomendado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Además, se reducirá la cantidad de horas extras permitidas por semana de 12 a 5.

La ley también permite la posibilidad de trabajar cuatro días y descansar tres, lo que supone un cambio significativo respecto a la legislación actual que obliga a trabajar un mínimo de cinco días a la semana.

La iniciativa fue presentada en 2017 por la entonces diputada Camila Vallejo, hoy ministra de la Secretaría General de Gobierno de Gabriel Boric. La semana laboral de cuatro días no solo mejora las condiciones de trabajo y la calidad de vida de los trabajadores, sino que también beneficia a las empresas, ya que estudios realizados en todo el mundo demuestran que permite conciliar mejor la vida personal y profesional, aumentando la felicidad de los trabajadores y contribuyendo a un mayor rendimiento.

Fabio Bertranou, director de la oficina regional de la OIT en Santiago, explicó que la ley contempla un régimen especial para los sectores que requieren jornadas laborales extraordinarias, como el minero o el de transporte, permitiendo jornadas de hasta 52 horas por semana siempre y cuando luego tengan una mayor cantidad de días libres para compensar.

Tras la aprobación, Chile se alinea con la mayoría de los otros 38 países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) donde también está vigente la semana laboral de 40 horas, siendo las únicas excepciones Australia, Bélgica, Dinamarca, Francia y Países Bajos, donde se trabaja menos de 40 horas, y Alemania, Colombia, Costa Rica, Irlanda, Israel, México, Reino Unido, Suiza y Turquía, donde se trabaja más.

Según la OIT, que aprobó su convenio sobre la semana laboral de 40 horas en 1935, trabajar más aumenta la cantidad de accidentes laborales y los problemas de salud, pero no garantiza más productividad, dado que hay más fatiga. La reforma laboral chilena se logró gracias a que “se abrió un espacio de diálogo con el sector empresario” y hubo un consenso entre la sociedad chilena sobre la importancia de “liberar tiempo para tener más vida familiar y poder disfrutar del espacio público”, destacó Bertranou.

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