El dato puntual de baja inflación al 6% en junio resultó ser una excepción temporal, ya que las mediciones preliminares de julio muestran un importante salto en el índice de precios, situándose alrededor del 7%. Diversos factores convergen en este nuevo repunte inflacionario, que se espera que continúe ganando fuerza en el próximo mes.

En julio, la inflación ha sido impulsada por factores estacionales, como las vacaciones de invierno, que afectaron al rubro gastronomía y hoteles. Asimismo, la subida del dólar oficial, que pasó de $494 a $550, generó mayores remarcaciones y contribuyó al aumento de los precios.

Economistas como Marina Dal Poggetto, directora de EcoGo, estiman que la inflación de julio finalmente alcanzaría el 7,1%, debido al aumento retroactivo del 20% para el personal doméstico y el alza de precios en alimentos hacia fin de mes. Las proyecciones para agosto son aún más preocupantes, ya que se espera que continúe la aceleración inflacionaria con aumentos en el precio de la carne y el impacto de las últimas medidas anunciadas por el candidato Sergio Massa.

El rubro de alimentos, que contribuyó a la baja de la inflación en junio, volvió a acelerarse en julio, especialmente en la última semana debido a la subida del dólar libre. Se prevé que el mayor impacto en la inflación de julio provendrá del precio de la carne, que ha aumentado en los canales mayoristas y se espera que se traslade pronto a las carnicerías.

El incremento del precio del maíz, que ha sido afectado por la nueva política del “dólar agro” a $340, también ha incidido en el aumento de los precios mayoristas de la carne, reproduciendo picos inflacionarios similares a los registrados en marzo y abril de este año.

Si bien el próximo índice inflacionario se conocerá dos días después de las PASO, la preocupante escalada de precios podría tener un impacto decisivo en las elecciones de octubre.

A pesar de los intentos de negociación por parte del secretario de Comercio Interior, Matías Tombolini, para congelar los precios durante 60 días después de las PASO, los aumentos no se detuvieron, especialmente en sectores clave como alimentos y bebidas. La inflación en Argentina sigue siendo un desafío significativo para el Gobierno y los votantes, y se espera que continúe siendo un tema crucial en las próximas elecciones.