La importancia del aprendizaje continuo en la era de la inteligencia artificial

El proceso de aprendizaje es largo y sinuoso, pero la humanidad, movida por la curiosidad y el deseo de mejorar sus capacidades, persiste en el esfuerzo por conocer más. A pesar de que a menudo caemos en la comodidad del conformismo, es esencial comprender que nuestras libertades no son suficientes y que enfrentamos múltiples limitaciones que obstaculizan nuestra capacidad de desplegar nuestro potencial. La voluntad de actuar a menudo se ve eclipsada por la comodidad y el confort, lo que nos lleva a buscar placer sin esfuerzo, resultando en vacíos existenciales y una falta de proyectos que nos conducen a una existencia vacía.


Las herramientas digitales, y ahora la inteligencia artificial, pueden jugar en nuestra contra si la falta de iniciativa y de proyección son lo que impulsa nuestras acciones. La libertad del ser humano se encuentra en cuestiones cotidianas, desde los actos más pequeños hasta los más trascendentales. La reflexión hacia nuestro interior y una visión abarcadora de nuestra existencia y nuestra relación con el entorno social pueden ayudarnos a proyectar lo inabarcable de la vida humana y las infinitas posibilidades de expansión que poseemos. Las limitaciones a nuestro comportamiento no están solo en las prohibiciones, tabúes y prejuicios que encierran nuestra existencia, sino que también son producto de nuestras capacidades y nuestras propias necesidades de expansión.


El conocimiento, el aprendizaje y nuestra curiosidad son fundamentales para encontrar razones para nuestra existencia y entender cómo funcionan las cosas. No debemos dejarnos engañar por falsos profetas que nos quieren pobres e ignorantes; la libertad transcurre por los caminos del conocimiento. Cuanto más sabemos, más libres somos, ya que nuestra capacidad de comprender lo que antes nos mantenía inactivos mejora y condiciona nuestra capacidad de discernir.


Siempre, bajo cualquier circunstancia, el conocimiento y el aprendizaje continuo nos ayudan a elevarnos, a liberarnos de consignas mediocres o sin sentido. La inteligencia artificial, al igual que la imprenta en su tiempo, ofrece herramientas que pueden aliviar nuestro trabajo, no para que dejemos de realizar labores intelectuales, sino para proyectar nuestro conocimiento a un nivel superior.


En el ámbito de la informática y la virtualidad, el conocimiento de nuevas herramientas y aplicaciones se expande a una velocidad exponencial. Ningún conocimiento debe quedar estático; la actualización constante es necesaria para todos los profesionales, desde médicos hasta artistas, para mantenerse relevantes ante las nuevas demandas y avances tecnológicos.

La inteligencia artificial es una herramienta que nos ayudará a mejorar nuestros servicios y a abrir nuevas y superiores etapas del conocimiento. Saber preguntar y ser precisos sobre nuestras necesidades es crucial para aprovechar al máximo esta tecnología y superar nuestros límites.

Voy a citar un ejemplo personal: cuando compuse la obra de teatro “Soy Nietzsche”, utilicé la tecnología para investigar los aspectos más destacados de la relación del filósofo con su hermana, tanto en el terreno psicológico como ideológico. Esta herramienta me permitió ahorrar tiempo en la investigación y ampliar mi conocimiento sin dejar de lado la lectura. Sin embargo, sin una base sólida de aprendizaje continuo, las respuestas obtenidas serían mediocres y carecerían de profundidad, lo que resultaría en una obra de teatro deficiente.

El mundo avanza, y nada nos impide aprender y esforzarnos por conocer más. El conocimiento es una herramienta para derribar el muro de lo desconocido y la ignorancia, y también nos hace libres, críticos y alerta ante aquellos que buscan mantenernos pobres e ignorantes para controlarnos.

Osvaldo González Iglesias – Editor – Escritor

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