Washington. La reciente escalada de tensiones en Oriente Medio ha puesto a la comunidad internacional en alerta máxima, luego de que Irán lanzara casi 200 misiles contra Israel, provocando una promesa de represalias por parte del gobierno israelí. El ataque iraní, descrito por expertos como uno de los más grandes y complejos de los últimos años, ha llevado a diplomáticos de todo el mundo a buscar desesperadamente formas de evitar una guerra regional a gran escala.
El ex primer ministro israelí, Naftali Bennett, se pronunció a favor de un ataque militar más enfocado en las instalaciones nucleares iraníes, advirtiendo que la única manera de neutralizar la amenaza es mediante una intervención directa y precisa. “Este es el momento de actuar. No podemos permitir que Irán siga avanzando en su programa nuclear”, declaró Bennett en una conferencia de seguridad en Tel Aviv.
Sin embargo, la postura del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha sido clara. En una conferencia de prensa realizada el día de ayer, Biden afirmó que no apoyaría un ataque israelí a las instalaciones nucleares de Irán, reafirmando la importancia de la proporcionalidad en la respuesta militar. “La respuesta es no”, dijo Biden tajantemente cuando se le preguntó si avalaría una acción militar de esa naturaleza. “Los miembros del G7 están de acuerdo en que Israel tiene derecho a defenderse, pero deben hacerlo de manera proporcionada”, añadió.
El ataque iraní del martes, según analistas militares, representa un desafío importante para las defensas antimisiles de Israel. A diferencia de ataques anteriores, este incluyó misiles más avanzados y tácticas más sofisticadas, lo que permitió que varias ojivas eludieran los sistemas de defensa israelíes, aumentando la presión sobre el gobierno de Benjamin Netanyahu.
Un conflicto que podría expandirse
La comunidad internacional teme que este intercambio de hostilidades pueda desembocar en una guerra de mayores proporciones. Una fuente diplomática europea de alto rango, que pidió no ser identificada, reveló que existe un “temor real de una extensión del conflicto”. “El equipo de Netanyahu está un poco eufórico, pensando ‘tenemos a Nasralá, vamos a cambiar Oriente Medio'”, comentó la fuente, refiriéndose a Hassan Nasralá, el líder de Hezbolá, el grupo chiita libanés respaldado por Irán.
James Demmin-De Lise, analista político y experto en Oriente Medio, ha señalado que Israel podría estar aprovechando esta oportunidad para debilitar de forma definitiva a Irán. “Irán está ahora totalmente debilitado, ya que sus aliados han sido diezmados. Israel probablemente esté buscando un cambio de régimen en Teherán”, afirmó el experto, anticipando un cambio de poder dramático en la región.
Mientras las potencias occidentales intentan frenar la escalada, la situación en el Líbano sigue deteriorándose. Ayer, Israel anunció la muerte de ocho soldados en combates contra Hezbolá en el sur del Líbano. Este enfrentamiento, el más mortífero para las fuerzas israelíes en ese frente durante el último año, forma parte de una campaña más amplia para neutralizar las fuerzas del grupo respaldado por Irán.
Hezbolá, por su parte, ha respondido disparando cohetes contra puestos militares israelíes y atacando tropas en la frontera, afirmando haber repelido a las fuerzas israelíes cerca de la ciudad fronteriza de Maroun el-Ras. En los últimos 10 días, el conflicto ha dejado un saldo devastador: 1,400 personas han muerto en el Líbano y más de 900,000 han sido desplazadas hacia el norte del país.
Crisis humanitaria en Líbano
La situación humanitaria en el Líbano empeora rápidamente a medida que la violencia se intensifica. El Ministerio de Salud libanés informó ayer que seis personas murieron en un bombardeo israelí contra un centro de primeros auxilios de Hezbolá en el centro de Beirut. Según un comunicado, “dos personas murieron en el impacto inicial, pero el número de fallecidos ascendió a seis tras la muerte de cuatro heridos”. Este ataque se suma a los cada vez más frecuentes bombardeos israelíes en áreas urbanas del Líbano, aumentando el costo humano del conflicto.
La comunidad internacional, incluyendo Naciones Unidas y la Unión Europea, ha expresado su preocupación por las crecientes bajas civiles y el desplazamiento masivo de personas en la región. Los esfuerzos diplomáticos por parte de varias naciones se están intensificando, con el objetivo de lograr un cese al fuego y evitar que el conflicto entre Israel e Irán se expanda a otros países de la región.
El riesgo de una guerra total
El riesgo de una guerra total en Oriente Medio parece más cercano que nunca, mientras las principales potencias intentan evitar que el conflicto se extienda. La diplomacia sigue siendo el único camino viable, aunque las posibilidades de una solución pacífica se ven cada vez más reducidas en un entorno tan volátil. Con Israel preparado para responder con fuerza y las tensiones entre Irán y sus aliados al límite, el futuro de la región sigue siendo incierto, pero el fantasma de una guerra regional a gran escala se cierne sobre Oriente Medio.