Intentar censurar la presencia de un periodista en una presentación es una muestra preocupante de los intentos de control y limitación de la libertad de expresión. En este caso, autoridades y agrupaciones de estudiantes de la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata intentaron cancelar la participación de Alejandro Fantino, argumentando que había participado en operaciones de prensa en contra de líderes populares y con discursos de odio contra minorías y diversidades.

La censura no es el camino adecuado para abordar estos problemas. Si existe algún discurso de odio o discriminación, el camino apropiado es recurrir a la justicia y presentar las denuncias correspondientes. La prohibición o cancelación de la participación de un periodista en eventos futuros no es una solución adecuada, especialmente cuando se trata de un profesional reconocido como Fantino.

Es importante destacar que si un periodista de la envergadura y trayectoria de Fantino enfrenta este tipo de censura, es preocupante imaginar el destino de aquellos con menos visibilidad y experiencia. Además, cabe preguntarse quiénes les han otorgado a estas líderes y líderes el poder de decidir sobre la verdad y la administración de la libertad de expresión.

En la actualidad, se observa la aparición de grupos que se autoproclaman como dueños de la “verdad” y poseedores de la autoridad absoluta sobre determinados temas. Esta situación se repite en el ámbito de los derechos humanos y también en el de la libertad de prensa y expresión. Cada uno de estos grupos puede expresar sus ideas libremente, pero cuando se trata de quienes piensan diferente, se les somete a un régimen de represión del pensamiento y, en muchos casos, a la cancelación.

Un ejemplo reciente fue el hostigamiento sufrido por la periodista Laura Di Marco, quien fue amenazada y acosada en redes sociales después de mencionar aspectos relacionados con el estado de salud de la hija de la vicepresidenta. Aunque no se trata del tipo de periodismo que todos elegiríamos, la libertad de prensa es un derecho absoluto, protegido por la Constitución, y debe ser respetado en todo momento.

Estos grupos que actúan en contra de la libertad de expresión están reproduciendo un modelo represivo y autoritario, utilizando métodos propios de esta época, como el hostigamiento en redes sociales, la cancelación, el maltrato, los insultos y las amenazas. Su objetivo es imponer una única forma de pensamiento y atacar a aquellos que presentan alguna diferencia o matiz.

Es fundamental que como sociedad dejemos atrás estas violencias y avancemos hacia un estadio donde se acepten las diferencias y se debata sin agresión ni censura. La defensa de las libertades de prensa y expresión es crucial en este nuevo escenario. Nadie debe estar solo frente a la censura, todos debemos levantarnos como sociedad contra estas conductas aberrantes, que hoy afectan a unos y mañana pueden afectar a otros. Es imperativo defender la libertad de expresión hasta las últimas consecuencias para garantizar una convivencia democrática y respetuosa.