La subida de precios no afecta a todos los sectores socioeconómicos por igual. Los sectores de menores recursos destinan una mayor proporción de sus ingresos a los bienes de consumo básico, que son los que han experimentado los mayores aumentos.
Aunque la inflación se ha acelerado de manera generalizada en la economía, su impacto no es uniforme en todos los sectores socioeconómicos. Esto es especialmente cierto en el contexto en el que los bienes, especialmente los de consumo masivo, a los que los sectores de menores recursos destinan una mayor parte de su presupuesto, han experimentado aumentos muy superiores a los servicios, que suelen representar una proporción más significativa en los sectores medios y altos.
Un informe reciente de la consultora Ecolatina ha analizado el impacto de la inflación en toda la estructura socioeconómica. Según la consultora, “los sectores de menores recursos económicos destinan una mayor proporción de sus ingresos al consumo de alimentos y bebidas: en el 40% de los hogares más pobres, los alimentos representan en promedio el 32% del consumo, mientras que en el otro 60% de las familias de mayores ingresos, este rubro explica el 21% del gasto”. Además, se señala que los deciles de ingresos más altos destinan una mayor proporción de sus ingresos a artículos para el hogar, educación, esparcimiento o salud.
Esto hace que la disparidad en el crecimiento de algunos rubros del Índice de Precios al Consumidor (IPC) pueda agravar, o no, la regresividad intrínseca de la inflación, que afecta de manera desproporcionada a aquellos que destinan una mayor proporción de sus ingresos al consumo en lugar del ahorro.
Por lo tanto, el informe advierte que, a pesar de la aceleración de la inflación en 2022, que pasó del 51% al 95% anual, el proceso no ha acentuado su sesgo regresivo, presentando una evolución similar para los diferentes niveles de ingresos de los hogares. Sin embargo, en lo que va de 2023, la dinámica ha cambiado: en cada uno de los primeros cuatro meses del año, la inflación mensual para los deciles más bajos ha sido mayor que para los de mayores ingresos, acumulando un 33,1% para el decil 1 y un 30,7% para el decil 10, una diferencia significativa.
Es decir, el proceso inflacionario se ha vuelto aún más regresivo en lo que va del año, ya que la inflación de los hogares más pobres es 2,6 puntos porcentuales mayor que la de aquellos hogares con mayores ingresos.
Según Ecolatina, esto se debe principalmente a la evolución relativa de los precios de los alimentos: mientras que el IPC general aumentó un 32% en los primeros cuatro meses del año, los alimentos y bebidas aumentaron más de un 41%, es decir, 9 puntos por encima.
Por esta razón, los alimentos y bebidas explicaron casi la mitad de la inflación de los hogares más pobres (48,3%) en lo que va del año, mientras que para el decil más rico su incidencia fue del