El ritmo de la inflación en Estados Unidos se mantuvo estable en febrero, situándose en un 2,5% interanual, en línea con las expectativas de los analistas, según el índice de Precios de Gastos de Consumo Personal (PCE) publicado este viernes.
Sin embargo, la inflación subyacente, que excluye los precios volátiles de los alimentos y la energía, registró un repunte hasta el 2,8% (desde el 2,7% de enero), superando levemente las previsiones del mercado. El consenso de analistas de MarketWatch esperaba estabilidad en este indicador, lo que sugiere que las presiones inflacionarias siguen presentes.
En febrero, solo una parte de los nuevos aranceles anunciados por el presidente Donald Trump entró en vigor. Los economistas advierten que el aumento de los impuestos a las importaciones podría desencadenar un repunte inflacionario más pronunciado en los próximos meses.
Dan Siluk, gestor de carteras de Janus Henderson, señaló: “Las cifras principales se ajustaron a las expectativas, pero la inflación subyacente mostró un leve pero significativo incremento, una décima por encima de lo previsto. Este es el segundo mayor dato de inflación subyacente en los últimos 24 meses, lo que refuerza la persistencia de las presiones inflacionarias”.
Siluk agregó que la inflación subyacente, que sigue por encima del objetivo de la Reserva Federal, podría obligar a recalibrar las expectativas sobre la política monetaria, afectando la trayectoria de los tipos de interés.
El próximo 2 de abril, cuando entren en vigor más aranceles, será un punto clave para los mercados. “Esto probablemente planteará más preguntas que respuestas, agregando otra capa de incertidumbre en un entorno económico ya complejo”, concluyó Siluk.
Por su parte, la presidenta de la Reserva Federal de Boston, Susan Collins, advirtió el jueves que un aumento en los precios era “inevitable” al menos en el corto plazo.
Al término de su última reunión el 19 de marzo, la Reserva Federal decidió mantener sus tasas de interés mientras evalúa el impacto de las políticas económicas. Además, ajustó a la baja sus previsiones económicas, proyectando que la inflación a finales de 2025 será mayor a lo estimado en diciembre, situándose en un 2,7% anual.
La escalada de los aranceles a las importaciones, que ha impactado sectores como el automotriz, ha generado incertidumbre en los mercados sobre su impacto en empresas y hogares estadounidenses, a pesar del crecimiento económico en 2024.
Mientras tanto, la confianza del consumidor se ha debilitado desde el regreso de Trump a la Casa Blanca. Tras una caída en enero, atribuida en parte a condiciones climáticas adversas, el consumo mostró signos de recuperación en febrero con un incremento del 0,4% mensual. Los ingresos, por su parte, crecieron un 0,8% mes a mes, superando las previsiones de los analistas.