Ildar Dadin, el líder opositor ruso que terminó luchando contra su país en Ucrania y murió como un “héroe” en el campo de batalla

Al anunciar la muerte de Ildar Dadin, un conocido activista de la oposición rusa que luchaba en Ucrania del lado de Kiev, la portavoz del grupo que lo reclutó, el Consejo Cívico, le dijo a la BBC que Dadin “era y sigue siendo un héroe”.

El activista convertido en combatiente falleció esta semana cuando los soldados de su batallón de voluntarios, la Legión de la Libertad de Rusia, fueron atacados por la artillería rusa en la región de Járkov, en el noreste de Ucrania.

Dadin se hizo conocido en Rusia hace una década por su persistencia en la organización de protestas pacíficas mientras la represión política allí se intensificaba.

Fue la primera persona procesada en virtud de un nuevo artículo 212.1 (rápidamente conocido como Ley de Dadin), que en 2014 convirtió en delito penal cometer violaciones reiteradas de las normas cada vez más restrictivas de Rusia sobre protestas.

En su caso, eso simplemente significó pararse en las calles de Moscú con una pancarta.

Condenado a dos años y medio de prisión, Dadin fue encerrado en una celda de castigo y de inmediato se declaró en huelga de hambre.

Los guardias de la prisión lo torturaron para obligarlo a comer.

Poco después de su liberación en 2017, me encontré con él en Moscú y me contó que lo habían colgado de una pared con las muñecas esposadas.

Los guardias amenazaron con violarlo.

Admitió que la brutalidad casi lo destruyó.

“No puedo quedarme sentado”

Dadin (der.) y otros partidarios de la oposición con un cartel que dice "¡Ayer - Kiev, mañana - Moscú!" durante una manifestación en Moscú en 2014.
Pie de foto, Dadin (der.) y otros partidarios de la oposición con un cartel que dice “¡Ayer – Kiev, mañana – Moscú!” durante una manifestación en Moscú en 2014.

Cuando me enteré de que Dadin se había unido a un batallón de voluntarios rusos que luchaban por Ucrania, volví a ponerme en contacto con él a principios de este año y tuvimos una serie de largos intercambios.

“No puedo quedarme sentado sin hacer nada y convertirme en cómplice del mal ruso, de sus crímenes”, me explicó Dadin refiriéndose su decisión de alistarse, tan íntegro e intenso como lo recordaba.

Siempre se había considerado un pacifista, pero ahora enumeraba sus razones para tomar las armas: “La agresión, los asesinatos en masa, la tortura, las violaciones y los saqueos”.

Aun así, eligió el apodo de “Gandhi”.

Dadin sentía profundamente que tenía responsabilidad personal por la invasión a gran escala de Rusia a su vecino.

Argumentaba que él y sus compatriotas rusos no habían logrado detener a Vladimir Putin, pues se asustaron y abandonaron las calles por la violencia policial y la amenaza de prisión.

“Lo principal ahora es actuar según mi conciencia”, me escribió Dadin una noche desde cerca de la línea del frente en Sumy.

“No hice lo suficiente”

Manifestante con cartel que tiene una foto de Dadin ensangrentado
Pie de foto, La campaña “¡Libertad Ildar Dadin!” de 2016 en Ucrania pidió que las autoridades rusas que respetaran la Constitución, cuando el activista de derechos humanos fue condenado a tres años de prisión.

Inicialmente se alistó en el Batallón Siberiano en junio de 2023, antes de pasar a la Legión de la Libertad de Rusia en el último invierno boreal, ambos oficialmente parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania.

Los reclutas son principalmente ciudadanos rusos que esperan que ayudar a Ucrania a derrotar a Vladimir Putin sea un primer paso para poner fin a su gobierno en el Kremlin.

No está claro su número ni su eficacia como fuerza de combate.

Han logrado algunos éxitos, incluida una incursión transfronteriza en Rusia a principios de este año, en el momento de la reelección de Putin.

Pero para Dadin, la experiencia no fue como esperaba.

Consideraba que algunas de las misiones a las que fue enviada su unidad eran “inútiles” en sentido militar.

Describió una batalla en la que terminó inmovilizado durante ocho horas por el fuego ruso en un cráter de bomba, con un dron intentando arrojarle una granada, mientras un compañero soldado voluntario se desangraba hasta morir.

Y como muchos soldados ucranianos, estaba exhausto, luchando sin casi días de descanso y cojeando debido a una herida en la cadera.

Me pregunté si se marcharía, pero Dadin tenía claro que su conciencia no le permitiría quedarse “al margen”.

No mientras los ucranianos siguieran siendo asesinados, como él mismo dijo, “por criminales rusos”.

“Traté de detener a Rusia, pero ¿lo logré? No”, se reprochó a sí mismo en una de nuestras últimas charlas.

“Y miles de personas han muerto porque no hice lo suficiente”.

Quienes lo enviaron a luchar no están de acuerdo.

“Ildar era fuerte, valiente, con principios y honesto”, escribió el Consejo Cívico. “Así es como debemos recordarlo”.

Fuente: BBC

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