El exsecretario de Benedicto XVI celebró el inicio de un nuevo papado con críticas solapadas a Francisco. Elogió a León XIV y pidió «claridad doctrinal» para superar años de confusión.
El arzobispo alemán Georg Gänswein, exsecretario personal de Benedicto XVI y figura clave en los pasillos vaticanos, rompió el silencio tras la asunción del nuevo Papa León XIV. Con un tono medido pero cargado de sentido, habló de “un cierto alivio generalizado” en la Iglesia y aseguró que “ahora se abre una nueva etapa” tras lo que definió como “la era de la arbitrariedad”.
En declaraciones al diario italiano Corriere della Sera, Gänswein elogió la elección del cardenal Robert Prevost como Sumo Pontífice y celebró su aparición en el balcón de la Basílica de San Pedro:
“Me dije: este Papa inspira esperanza. León XIV tenderá puentes como su predecesor, pero en un contexto y estilo diferentes al de Francisco”.
Críticas veladas a Francisco
Aunque sin nombrarlo directamente en tono de confrontación, el mensaje de Gänswein deja entrever una mirada crítica hacia el papado de Jorge Bergoglio. “Es necesario superar la confusión de estos años. Se necesita claridad doctrinal”, afirmó.
Y agregó una frase que sonó como una advertencia a las formas de gobierno de Francisco:
“Las instituciones de la Iglesia no son una lepra ni una amenaza para el Papa. Están para ayudar. No se puede gobernar solo, desconfiando de las propias estructuras”.
Una relación tensa y un desplazamiento traumático
La relación entre Gänswein y Francisco estuvo marcada por el desencuentro. En 2020, el arzobispo fue apartado de la Casa Pontificia, donde conservaba el cargo heredado desde la época de Benedicto. Aunque desde el Vaticano se intentó suavizar la decisión hablando de una “redistribución ordinaria de funciones”, Gänswein reconoció que ese momento fue doloroso:
“En aquellos años sufrí. Pero aclaré las cosas con Francisco incluso antes de mi nombramiento como nuncio”.
León XIV y sus primeros gestos: paz, tradición y redes sociales
En su segunda aparición pública como Papa, León XIV —nombre adoptado por Robert Prevost— dio señales claras de su orientación pastoral. Durante el rezo del Regina Coeli, lanzó un fuerte llamado por la paz y pidió el fin de las guerras en Ucrania y Gaza.
“Repito el llamamiento de Francisco a los grandes líderes: ¡Nunca más la guerra! Que se liberen a todos los prisioneros. Que los niños regresen con sus familias. Llevo en mi corazón el sufrimiento del amado pueblo ucraniano”, expresó ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro.
El flamante Pontífice también marcó una novedad en el frente digital: publicó su primer mensaje oficial en Instagram, donde expresó:
“¡La paz esté con todos ustedes! Este es el saludo de Cristo resucitado, el Buen Pastor. También yo quisiera que este saludo de paz entre en sus corazones, llegue a sus familias, a todos los pueblos, a toda la tierra”.
Una nueva era, con ojos atentos
Para Gänswein, la elección de León XIV representa el inicio de una etapa en la que “se puede volver a contar con un papado que garantice estabilidad”. Aunque sus palabras fueron diplomáticas, muchos en Roma leen sus declaraciones como un intento de pasar página tras años de tensiones internas, reformas controversiales y desafíos doctrinales.
El tiempo dirá si León XIV logra consolidar ese “alivio” al que aludió el exsecretario de Benedicto, o si la Iglesia católica, aún marcada por fisuras internas, entra simplemente en una tregua temporal.