El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, generó controversia al acusar a Israel de cometer un “genocidio” en la Franja de Gaza y comparar las acciones del ejército israelí con la campaña de Adolf Hitler para exterminar a los judíos. Las declaraciones, realizadas desde Adís Abeba, Etiopía, durante la cumbre de la Unión Africana, desataron una reacción inmediata del gobierno israelí.
El primer ministro Benjamin Netanyahu calificó los comentarios de Lula como “vergonzosos” y una “trivialización del Holocausto”. Además, convocó al embajador brasileño en Israel, Frederico Meyer, para una “llamada de protesta”. El ministro de Exteriores, Israel Katz, afirmó que los comentarios son “vergonzosos y severos”, y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, criticó a Lula por apoyar a Hamas, a quien describió como “una organización terrorista genocida”.
La Confederación Israelita de Brasil también rechazó las declaraciones de Lula, acusando al gobierno brasileño de adoptar una postura “extrema y desequilibrada”. La Federación Israelita del Estado de San Pablo se unió a la condena, calificando la comparación entre la defensa de Israel y la industria de muerte de Hitler como “de una maldad infinita”.
Estas fuertes declaraciones de Lula representan una escalada en la retórica sobre el conflicto en Oriente Medio y generan tensiones diplomáticas entre Brasil e Israel.