Fase 3: El programa económico de Milei debuta con banda cambiaria, menos controles y el apoyo del FMI

Con la llegada del secretario del Tesoro de EE.UU. y un nuevo acuerdo con el Fondo por US$ 20.000 millones, el Gobierno apuesta fuerte por una liberalización controlada del dólar y una señal clara a los mercados. El lunes es clave para medir si el shock ordena o desata nuevas tensiones.

Este lunes arranca la “Fase 3” del programa económico de Javier Milei, un punto de inflexión para el rumbo económico del país. El nuevo esquema introduce una banda cambiaria, reduce regulaciones cambiarias —especialmente para personas físicas— y debuta respaldado por un acuerdo ya firmado con el Fondo Monetario Internacional por US$ 20.000 millones.

Pero eso no es todo. El día también estará marcado por la llegada a Buenos Aires del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, en un contexto global agitado por la escalada comercial entre Donald Trump y Xi Jinping. A nivel local, además, hay elecciones en una de las provincias más relevantes del país. El mercado se prepara para una jornada intensa: política, geopolítica y macroeconomía en la misma coctelera.

¿Y si todo sale bien?

El escenario optimista —el “¿y si sale bien?” que circula entre analistas financieros y en redes sociales como X— se sostiene sobre varias patas:

  • La desregulación cambiaria es una ganancia inmediata en términos de señales promercado.
  • La flotación acotada del tipo de cambio podría contribuir a estabilizar expectativas sin necesidad de una devaluación abrupta.
  • El dólar oficial podría ubicarse cerca del piso de la banda, en torno a los $1.100.
  • El Banco Central podría abandonar su rol vendedor en el mercado cambiario.
  • Los bonos podrían experimentar una fuerte recuperación, comprimiendo spreads y bajando el riesgo país hacia la zona de los 500 puntos básicos.

Fabio Rodríguez: “Quemar las naves”

Para Fabio Rodríguez, economista de M&R Asociados, el Gobierno modificó su estrategia inicial. “La idea original era hacer un service parcial al programa y dejar la corrección para después de las elecciones, sosteniendo el esquema cambiario-monetario y el proceso de desinflación”, explicó.

Pero una sucesión de errores, tanto políticos como económicos —la baja del crawl al 1%, el mal manejo con el FMI, el desgaste discursivo del ministro Caputo— apuraron los tiempos. “El programa se deterioró, se perdieron reservas y credibilidad. La crisis global hizo el resto. Ahora se busca un shock: banda cambiaria, acumulación de reservas y remoción del cepo”, sintetiza Rodríguez.

Según él, el objetivo es recobrar confianza, bajar el riesgo país y atraer capitales. Pero advierte que hay riesgos: posibles saltos del tipo de cambio, presión inflacionaria de corto plazo, y el hecho de que la liberalización llega en plena tormenta internacional. “Abrimos las compuertas en un país donde se ahorra en dólares por naturaleza. Todo un desafío”, concluye.

Federico Domínguez: “Vuelta a los mercados”

El financista Federico Domínguez ve un impacto “muy positivo” en los bonos y anticipa una baja del riesgo país, con posibilidad de retorno a los mercados hacia fin de año. Sobre la inflación, destaca que el BCRA capitalizado y con una base monetaria respaldada reforzará el proceso desinflacionario.

Según su análisis, con este esquema solo se podrá emitir pesos comprando dólares en el piso de la banda, lo que introduce una disciplina monetaria. “Con la salida del cepo y una economía en crecimiento, la demanda de dinero aumentará. Eso puede acelerar la apreciación del peso y llevar al tipo de cambio hacia el piso de la banda”, estimó.

Outlier: “Bonos arriba, equity con dudas”

Desde la consultora Outlier, dirigida por Gabriel Caamaño Gómez y Juan M. Truffa, esperan un lunes con “subas considerables en bonos y acciones”, aunque son cautos respecto al recorrido de las acciones, ya que parte del optimismo se habría anticipado en las ruedas previas.

Ven difícil estimar un valor puntual para el tipo de cambio y las tasas, pero no descartan una apreciación desde el nivel actual del CCL, mientras el oficial da un salto. Sobre las tasas en pesos, esperan que se mantengan en terreno positivo real, aunque podrían entrar en un período transitorio de tasa real negativa.

1816: “A todo o nada”

La consultora 1816 también prevé una recepción eufórica inicial. “Esperamos una baja contundente del riesgo país. El mercado valorará el intento oficial de ir hacia un esquema cambiario más normal”, señalaron. Pero aclaran que el éxito o fracaso del programa dependerá de tres factores difíciles de prever:

  1. El contexto internacional, que está particularmente volátil.
  2. La velocidad del pass through y el nivel en que se estabilice el tipo de cambio.
  3. La reacción de la población ante una inflación que podría rebotar.

“El apoyo a Milei se cimentó en gran parte en la baja rápida de la inflación. Si se desacelera ese proceso y los precios vuelven al 5% mensual, habrá que ver si el capital político resiste”, advierten.

Y concluyen con una frase elocuente: “Es un programa a todo o nada. Si sale bien, la macro será una pinturita. Si sale mal, la moneda se debilitará más que con el esquema anterior”.


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