Este miércoles, el Líbano fue escenario de múltiples explosiones que causaron la muerte de al menos catorce personas y dejaron heridas a más de 450. Estos ataques ocurrieron apenas un día después de que pagers utilizados por miembros de Hezbollah estallaran, provocando caos y conmoción en varias ciudades del país. Según reportes del Ministerio de Salud libanés, en esta ocasión los dispositivos detonados incluyeron walkie-talkies y otros aparatos electrónicos.
El grupo militante Hezbollah, de amplia influencia en el Líbano y respaldado por Irán, ha prometido represalias tras los ataques. Hashem Safieddine, jefe del Consejo Ejecutivo de la organización, aseguró que responderán con un “castigo especial” a los responsables de los atentados. Safieddine enfatizó que el grupo está “en una nueva confrontación con el enemigo” y que Hezbollah no dejará sin respuesta estos eventos, marcando un escalamiento en la tensión que ya se vivía en la región.
Un ataque coordinado y masivo
Las explosiones de este miércoles afectaron a varias ciudades, incluyendo los suburbios de Beirut y localidades al sur del Líbano como Nabatieh, Tiro y Saida. Los dispositivos que estallaron eran radios portátiles y otros aparatos de comunicación utilizados por Hezbollah. Según informó la agencia Reuters, algunos de los ataques ocurrieron incluso durante los funerales de las víctimas de las explosiones del día anterior, lo que incrementó el nivel de conmoción entre la población local.
La televisión libanesa Al Manar, afiliada a Hezbollah, confirmó las explosiones en diferentes áreas del país, atribuyéndolas a dispositivos de comunicación que habían sido alterados para detonar. Las autoridades libanesas advirtieron a la población que dejara de usar teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos, ya que las comunicaciones se habían visto interrumpidas en varias zonas afectadas por las detonaciones. La Cruz Roja movilizó más de 30 ambulancias para atender a los heridos y hacer frente a la crisis humanitaria que se estaba desatando en medio del caos.
Ataques a dispositivos electrónicos y nuevas teorías
Los ataques no se limitaron solo a walkie-talkies y pagers. De acuerdo con reportes de la agencia oficial de noticias del Líbano, otros dispositivos como paneles solares domésticos, laptops y teléfonos móviles también explotaron en diversas áreas, causando incendios en varios edificios y elevando la incertidumbre sobre el origen de estos ataques. Algunos informes sugieren que Israel estaría detrás de esta nueva ola de explosiones, como parte de un plan coordinado para debilitar a Hezbollah en medio de un clima de creciente tensión entre ambos países.
Sky News informó que hasta los paneles solares domésticos estallaron en varios lugares de Beirut, lo que genera especulaciones sobre la naturaleza de estos ataques y el grado de sofisticación necesario para alterar una variedad tan amplia de dispositivos. Según la BBC, se pudo observar humo saliendo de tiendas de celulares en algunas de las zonas afectadas, y las detonaciones generaron pánico entre los asistentes a los funerales, que rápidamente huyeron en medio del caos.
Hezbollah bajo ataque: una posible estrategia israelí
Desde el inicio de las explosiones, diversas teorías han circulado sobre la autoría de estos ataques. Una de las hipótesis más extendidas es que Israel podría estar detrás de los atentados, como una forma de enviar un mensaje contundente a Hezbollah en un momento de alta tensión en la frontera norte de Israel. La reciente escalada de violencia entre las fuerzas israelíes y el grupo libanés ha generado preocupación internacional sobre el posible inicio de un conflicto a mayor escala.
Algunos analistas sugieren que Israel no necesariamente tenía la intención de llevar a cabo este ataque en este momento específico, pero que se vio forzado a actuar debido a la posibilidad de que el complot fuera descubierto por Hezbollah antes de lo planeado. Las explosiones de este miércoles refuerzan esta teoría, ya que los ataques a los dispositivos electrónicos parecen ser parte de una estrategia concertada para desestabilizar a la milicia respaldada por Irán.
Respuesta de Israel y la ONU
En Israel, el Ministro de Defensa Yoav Gallant evitó hacer comentarios directos sobre las explosiones en el Líbano, pero afirmó que el país se encuentra en una “nueva fase de la guerra” con sus enemigos. Gallant, en declaraciones a las tropas israelíes, elogió el trabajo del ejército y señaló que “el centro de gravedad” del conflicto se está trasladando al norte, hacia la frontera con el Líbano, donde Hezbollah tiene una fuerte presencia. Aunque no hizo referencia explícita a los recientes ataques, sus palabras sugieren que Israel está ajustando su enfoque militar hacia una posible confrontación con el grupo libanés.
Por su parte, la comunidad internacional ha reaccionado con preocupación ante los acontecimientos en el Líbano. Antonio Guterres, secretario general de la ONU, advirtió que estas explosiones podrían ser un preludio de un conflicto mayor entre Israel y Hezbollah. Guterres instó a ambas partes a evitar una escalada dramática y pidió a la comunidad internacional que actúe para prevenir un enfrentamiento que podría tener consecuencias catastróficas en la región. El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá en los próximos días para discutir los ataques y evaluar posibles medidas para contener la situación.
Un clima de incertidumbre y pánico
Las explosiones en el Líbano han dejado una estela de pánico y destrucción en varias de las principales ciudades del país. Las calles de Beirut, Nabatieh, Tiro y Saida se llenaron de escenas caóticas, con ambulancias abriéndose paso entre multitudes conmocionadas, mientras las autoridades intentaban coordinar las labores de rescate. Los heridos presentaban principalmente lesiones en las manos y el abdomen, y muchas personas fueron trasladadas de urgencia a hospitales que rápidamente se vieron desbordados.
A medida que la situación se desarrolla, se espera que Hezbollah intensifique sus preparativos para responder a lo que perciben como una agresión directa de Israel. La promesa de venganza por parte de Hashem Safieddine, así como el aumento de las tensiones en la región, apuntan a un futuro incierto para el Líbano, que ya enfrenta una crisis política y económica devastadora.
Las explosiones de dispositivos electrónicos marcan un nuevo capítulo en la prolongada confrontación entre Hezbollah e Israel, y podrían desencadenar una serie de eventos que lleven a una escalada militar de proporciones aún desconocidas. Con el Consejo de Seguridad de la ONU preparado para abordar la situación en los próximos días, la comunidad internacional observa con preocupación los desarrollos en el Líbano, donde cada día parece estar más cerca de un conflicto abierto.