El presidente Daniel Noboa anunció el control total sobre las cárceles ecuatorianas, marcando una victoria significativa en la lucha contra el narcotráfico. El Bloque de Seguridad, compuesto por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, logró liberar a los 200 funcionarios tomados como rehenes en siete prisiones durante el conflicto armado interno de la semana pasada.

Con la liberación de los rehenes, las fuerzas gubernamentales intervinieron con éxito en las cárceles amotinadas, iniciando por Cotopaxi. La operación también abarcó las cárceles de Azuay, Cañar, Esmeraldas, Tungurahua, El Oro y Loja, que habían caído en manos de bandas criminales locales durante los motines.

El presidente del país, junto con el portavoz de los funcionarios liberados de Cotopaxi, celebró la exitosa intervención y destacó la importancia del paso dado para recuperar la paz en el país. Las prisiones, en los últimos años, se habían convertido en centros de comando para el crimen organizado.

El gobierno, que había declarado el estado de guerra interior, logró detener a 1.327 personas, considerando a 143 como terroristas. Las operaciones realizadas ascendieron a casi 13.000, resultando en la desarticulación de 32 grupos pertenecientes a 22 bandas identificadas por el decreto presidencial. Se incautaron 462 explosivos y 491 armas de fuego, y se registraron 23 ataques, 10 de ellos dirigidos a infraestructuras policiales.

Esta exitosa operación representa un paso fundamental para el gobierno ecuatoriano en su lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico, sentando las bases para un “Nuevo Ecuador”, según afirmaciones gubernamentales.