Estados Unidos, a pesar de los pronósticos de recesión que se han prolongado durante un año y medio, continúa demostrando su resiliencia económica. Con un crecimiento del 4,9% en el tercer trimestre, la economía estadounidense se mantiene fuerte y sorprendente. A pesar de las subidas de tasas de interés por parte de la Reserva Federal y la reducción del crédito, la economía sigue expandiéndose.

Los indicadores líderes, que habían estado en contracción durante más de un año, finalmente muestran signos de recuperación. La inflación, que alcanzó su punto máximo en junio de 2022, ha disminuido significativamente desde entonces. Aunque la inflación sigue siendo alta, la economía parece estar aterrizando suavemente, a pesar de la desobediencia de las previsiones.

En medio de este panorama, la Reserva Federal enfrenta la decisión de mantener las tasas de interés a corto plazo y tercerizar la presión al mercado de bonos. Las tasas largas, que han liderado desde mayo, plantean la pregunta de si ya han alcanzado su punto máximo. A pesar de un crecimiento económico exuberante, las tasas largas parecen resistirse a subir por encima del 5%.

La Bolsa, que anticipó con éxito el aterrizaje económico en junio, ahora enfrenta una corrección del 10%, a pesar del crecimiento de las ganancias de las compañías del S&P 500. Las tasas largas han desgastado los múltiplos de precios a ganancias, lo que ha generado preocupación en Wall Street.

En resumen, la economía de Estados Unidos sigue desafiando las predicciones de recesión, manteniéndose fuerte y en crecimiento, a pesar de la subida de tasas y la reducción del crédito por parte de la Reserva Federal. Las tasas largas y su impacto en el mercado son un punto de atención crucial para los inversores. La esperanza es que la economía real comprenda los motivos de la Reserva Federal y se calme, permitiendo que la Bolsa recupere su liderazgo y se estabilice.