¿Está en juego la credibilidad de las instituciones europeas?

En un intento de mejorar la reputación de las instituciones europeas, se ha creado un órgano interinstitucional de ética y se ha modificado el Reglamento del Parlamento. Sin embargo, los expertos admiten que esto no es suficiente.

En los últimos dos años, la Unión Europea se ha visto envuelta en escándalos que socavan la democracia, el Estado de Derecho y los derechos fundamentales.

En 2022, miembros del Parlamento Europeo fueron acusados de estar implicados en un escándalo de corrupción que supuestamente implicaba a Catar, Marruecos y Mauritania.

La Fiscalía Federal belga menciona “grandes sumas de dinero” y “regalos sustanciales” pagados por un país del Golfo Pérsico con el objetivo de influir en las políticas de la Unión Europea.

La policía belga se ha incautado de unos 1,5 millones de euros en efectivo en decenas de registros de domicilios y oficinas, y ha confiscado ordenadores para evitar la pérdida de pruebas en el escándalo conocido como Catargate.

Un año y tres meses después, el Parlamento Europeo presentó una demanda contra la Comisión Europea por la descongelación de fondos para Hungría.

Según el Parlamento Europeo, Hungría no cumple el nivel de independencia judicial establecido en los Tratados de la Unión Europea.

Reformas y fondos congelados de Hungría

Por otro lado, la Comisión Europea argumentó que el desbloqueo estaba justificado porque el Gobierno de Budapest había aprobado, en mayo del año pasado, una reforma para reforzar la independencia judicial y mitigar la injerencia política en los tribunales, en línea con cuatro “superobjetivos” que se había impuesto el Ejecutivo.

Los eurodiputados también se quejaron de que el dinero se descongeló un día antes de una cumbre crucial de líderes de la UE, en la que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, amenazó con vetar los acuerdos en apoyo a Ucrania.

¿Cómo socavan estos problemas la confianza de los votantes europeos en las instituciones europeas?

La credibilidad de la UE

Con las elecciones europeas a la vuelta de la esquina, la credibilidad de las instituciones europeas está en juego.

Según la última encuesta del Eurobarómetro, la segunda mayor amenaza para la democracia para los ciudadanos de todo el bloque es la creciente desconfianza y el escepticismo hacia las instituciones democráticas.

Sin embargo, cuando se les preguntó en qué instituciones tienen más confianza para defender la democracia en su país, el 54% de los encuestados seleccionó las instituciones europeas, incluido el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Los expertos que analizan de cerca el “mayor escándalo de corrupción” de la UE y el caso de la Comisión Europea están preocupados por el deterioro de la reputación de las instituciones “a los ojos de los votantes”.

El director de la organización no gubernamental Transparencia Internacional UE, Nicholas Aiossa, también recuerda que los datos servirán para alimentar una “narrativa populista, antieuropea y euroescéptica”.

Alberto Alemanno, profesor de Derecho Europeo en la Escuela de Estudios Superiores de Comercio de París, dijo que estos problemas sugieren “una cultura de impunidad” dentro de la UE.

¿Qué ha cambiado desde entonces?

En un intento de mejorar la reputación de las instituciones europeas, la Comisión Europea ha adoptado un órgano interinstitucional de ética.

El nuevo órgano estará compuesto por representantes de las instituciones y cinco expertos independientes, que tendrán que acordar las normas que se aplicarán antes de las elecciones europeas de junio de 2024.

Al mismo tiempo, también se aprobaron enmiendas al Reglamento del Parlamento.

Un plan de reforma de 14 puntos

En un plan de reforma de 14 puntos, algunos de los cambios incluyen una prohibición reforzada de todas las actividades de cabildeo de los eurodiputados, una ampliación del alcance de las declaraciones obligatorias de los eurodiputados sobre sus reuniones con terceros y declaraciones obligatorias de sus activos al principio y al final de cada mandato.

Sin embargo, estas medidas fueron consideradas “insatisfactorias” por expertos y eurodiputados.

Alberto Alemanno asegura que “no se ha aprendido la lección” ya que solo se han hecho “pequeños ajustes” y los eurodiputados del Parlamento Europeo pueden seguir teniendo otros trabajos.

El profesor de HEC París dice: “Cuando eres eurodiputado, el salario que recibes es más que suficiente para tener una vida digna y desempeñar tu función política. En cambio, también se pueden llevar a cabo otras actividades que pueden entrar en conflicto. Por ello creamos una percepción de tensión entre estas dos funciones“.

Nicholas Aiossa va más allá y apunta a medidas concretas para una “fuerte reforma estructural”.

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