Dnipró bajo fuego ruso
Entre las 5:00 y las 7:00 de la mañana de este jueves, las fuerzas rusas lanzaron un ataque masivo contra Dnipró, en el centro de Ucrania, utilizando misiles de alta tecnología. Según la Fuerza Aérea ucraniana, el bombardeo incluyó un misil balístico intercontinental, un misil aerobalístico Kh-47M2 Kinzhal y siete misiles de crucero Kh-101. Las defensas ucranianas lograron interceptar seis de los misiles de crucero, pero no pudieron detener el misil balístico ni el Kinzhal, considerados entre los más sofisticados del arsenal ruso. A pesar de ello, las autoridades aseguraron que los misiles no derribados no causaron daños significativos.
El ataque afectó principalmente fábricas e infraestructura crítica de la ciudad, lo que refleja la estrategia rusa de debilitar las capacidades industriales y logísticas ucranianas. Las autoridades de la región de Dnipropetrovsk confirmaron daños en una instalación industrial clave en Dnipró, aunque no se reportaron víctimas fatales hasta el momento.
Respuesta ucraniana y uso de misiles occidentales
Mientras tanto, Ucrania ha comenzado a emplear misiles de largo alcance suministrados por Occidente en ataques contra territorio ruso. Según el Ministerio de Defensa ruso, sus sistemas antiaéreos derribaron dos misiles Storm Shadow, fabricados en el Reino Unido. Este armamento, diseñado para alcanzar objetivos estratégicos a gran distancia, habría sido utilizado por primera vez contra la región rusa de Kursk.
Además, hace dos días, Rusia confirmó que Ucrania lanzó misiles balísticos ATACMS de fabricación estadounidense contra instalaciones militares en la región de Briansk, marcando un punto de inflexión en la guerra. Según Moscú, cinco de estos misiles fueron interceptados, pero los fragmentos de uno impactaron en una base militar.
El Kremlin calificó el uso de misiles occidentales como una “nueva escalada” y acusó a Estados Unidos y la OTAN de avivar el conflicto. “La postura de la administración saliente de Washington es irresponsable; sigue echando leña al fuego del conflicto”, declaró Dmitri Peskov, portavoz presidencial.
Implicaciones estratégicas y reacciones internacionales
La autorización de Estados Unidos para que Ucrania utilice misiles occidentales en territorio ruso ha generado preocupación en el Kremlin. Este martes, el presidente ruso Vladímir Putin aprobó una nueva doctrina nuclear que permite el uso de armamento atómico en respuesta a ataques convencionales. Aunque Putin no ha reaccionado públicamente al uso de misiles Storm Shadow y ATACMS, había advertido que ataques de largo alcance en suelo ruso implicarían que la OTAN y Estados Unidos “están en guerra con Rusia”.
Funcionarios occidentales discutieron el uso de misiles Storm Shadow y Scalp franceses en los márgenes de la cumbre del G20 en Río de Janeiro esta semana. Según el Financial Times, estas conversaciones reflejan la creciente preocupación de Occidente sobre las posibles repercusiones de escalar el conflicto.
Mil días de guerra: el panorama actual
Con más de 1.000 días de combates, la guerra entre Rusia y Ucrania ha evolucionado en complejidad. Moscú atribuye la prolongación del conflicto a la creciente implicación de la OTAN, mientras Kiev continúa recibiendo apoyo militar y político de sus aliados.
El ataque a Dnipró y los bombardeos en territorio ruso son reflejo de un conflicto que no muestra señales de resolución a corto plazo. Mientras tanto, la diplomacia internacional se mantiene en vilo, especialmente después de que Estados Unidos, España, Italia y Grecia cerraran temporalmente sus embajadas en Kiev ante temores de nuevos ataques masivos.
La Embajada de Estados Unidos reabrió este jueves, con su embajadora, Bridget Brink, instando a los ciudadanos estadounidenses en Ucrania a mantenerse alerta y seguir las indicaciones de las autoridades locales en caso de ataques aéreos.
Conclusión
El uso de misiles avanzados por ambas partes y las crecientes tensiones internacionales dejan claro que el conflicto está entrando en una fase aún más peligrosa. A medida que Rusia intensifica sus ataques contra infraestructura ucraniana y Kiev responde con armamento occidental, la comunidad internacional enfrenta el desafío de evitar una escalada que podría tener consecuencias globales.