Debate y Convergencia

Elementos neurobiológicos y filosóficos de la relación entre lenguaje y pensamiento

La relación entre la neurobiología y la filosofía actualmente han abierto campos de conocimiento favorables para el conocimiento humano. Una de las incógnitas es el proceso del pensamiento.

El presente escrito es un esbozo de elementos implicados en el pensamiento del ser humano y su relación filosófica. Las siguientes líneas representan la punta de un iceberg que el tema por sí mismo implica. De tal manera, la finalidad es encontrar puntos de encuentro entre la neurociencia y la filosofía desde aspectos fundamentales, es por esto que encontramos el pensamiento y lenguaje como factor central de diálogo.

Pensar es una acción y proceso inherente al ser humano, una función fundamental en el cerebro; el pensamiento se deriva de esta acción primera e involucra abstracciones que se unen como rompecabezas para formular una idea. Tal diferencia, por mínima que pueda parecer, es pertinente para comprender el pensamiento desde elementos neurobiológicos y filosóficos. El pensar tiene una relación directa con las condiciones biológicas en el ser humano y por ende la implicación de funciones cognitivas. Sin embargo, el pensamiento incluye otras especificaciones del humano, tales como aspectos sociales, culturales, educativos, etc., que ayudan a la formulación completa de una idea gracias a la relación de conceptos, teorías, problemas o hipótesis que se formulan1.

La neurobiología especifica las áreas implicadas en el pensar, la filosofía, por su parte, no desarrolla una cartografía del pensamiento, pero comprende y atiende el pensamiento como herramienta primera de su disciplina. El proceso neurobiológico de pensar no se encasilla en una parte específica del cerebro, no podemos encontrar un área dedicada exclusivamente a tal proceso, al igual que el pensamiento, son procesos complejos que se entienden a partir de diversas redes para comprender el concepto. De suyo que sea el lenguaje una de las funciones cognitivas que nos apoye al desglose de elementos del pensamiento desde la neurobiología y la filosofía.

La neurobiología encuentra en la corteza cerebral las operaciones responsables de nuestras capacidades cognitivas. En la corteza cerebral encontramos diversas áreas que apoyan a la toma de decisiones, acciones futuras y control de movimiento. En relación con ello, el lenguaje también se centra en estos procesos y es factor importante para la neurociencia, el proceso del pensar y la configuración del pensamiento. La comprensión del lenguaje fue significativa para el neurólogo Paul Broca quien, a partir de un paciente con la incapacidad de hablar, pero sí de comprender el lenguaje, pudo identificar el hemisferio encargado de la articulación del lenguaje: el hemisferio izquierdo.

Tales consideraciones son relevantes para comprender un aspecto importante del pensar y las implicaciones de varias regiones cerebrales que desarrollaremos más adelante. El estudio de Broca, dio paso a que el joven Karl Wernicke en 1876, a sus 26 años, publicará un trabajo similar al de Broca, pero inverso. El paciente de Wernicke era incapaz de comprender el lenguaje, pero sí podía hablar. El área afectada era la parte posterior del lóbulo temporal y no la misma que tenía el paciente de Broca2.

¿Cómo apoyan estos dos estudios al proceso neurobiológico del pensamiento? Tras los últimos estudios realizados por Wernicke, propuso que:

Las funciones mentales básicas, aquellas relacionadas con actividades más básicas […] relacionadas con actividades perceptivas o motoras simples, están localizadas en áreas únicas de la corteza. [Por otro lado] las funciones cognitivas más complejas resultan de las interconexiones de varios lugares funcionales3.

Los estudios e investigaciones que surgieron a raíz de estos postulados fueron importantes para comprender la relación con el pensamiento. Los estudios eran focalizados en personas con alguna lesión cerebral, fue gracias a la tomografía de emisión de positrones (PET) y a la resonancia magnética funcional (RM) que estos estudios pudieron enfocarse a personas sin lesiones cerebrales.

De tal manera, y gracias a estudios recientes, se ha afirmado la sentencia de Wernicke sobre las actividades complejas y sus interconexiones. Las siguientes imágenes de PET apoyan esta idea. Tales imágenes tienen relación con el lenguaje y el proceso neurobiológico del pensar, será hasta la tomografía D, que se comenzará a dilucidar un proceso con mayor complejidad que funciona como preliminar del pensamiento.

En la imagen A,4 tomada del libro de Principles of neural science de Kandel, se muestra la región activa que pertenece a la corteza visual primaria, esta tomografía muestra la lectura de una palabra. No hay más áreas implicadas en el proceso, porque no se está llevando a cabo un procedimiento de abstracción de la palabra que se está leyendo. Esto puede ocurrir cuando “leemos sin leer”, avanzamos unas cuantas palabras y olvidamos lo que hemos leído, esto es porque solo activamos nuestra corteza visual para la lectura y no para la comprensión en sí. Incluso puede ocurrir cuando leemos, entendemos que leímos algo sobre algún tema, pero no podemos explicarlo:

¿Qué sucede cuando oímos las palabras? En la imagen B5, se muestra el área implicada al oír palabras. El ejemplo más próximo es cuando oímos a alguien, incluso sabemos que oír y escuchar no son sinónimos absolutos. Cuando oímos una clase y no la escuchamos, nuestra capacidad de comprensión y pensamiento se ven limitadas. Esto no significa que tengamos alguna lesión cerebral, sino que se activan áreas en la corteza temporal, conocida como corteza auditiva primaria y unión temporoparietal, las cuales nos permiten la audición e incluso comprender que hay algo que está haciendo ruido, pero no tenemos la atención necesaria para procesar y generar un pensamiento complejo:  

¿Qué sucede cuando hablamos? En la imagen C6, se observa que el área de Broca se activa cuando decimos alguna palabra. La relación de las vías visuales y auditivas se encuentran para la articulación motora del habla, por ello la corteza frontal medial se activa. Esta área puede tener implicaciones cuando hablamos primero y luego se piensa lo que hablamos, casi de manera impulsiva o mecanizada.

¿Qué sucede cuando pensamos en palabras? Es decir, cuando tenemos que comprender una palabra. En la imagen D7, se pidió a varias personas que respondieran a la palabra “X” con un verbo apropiado. Este proceso activa la corteza frontal, así como las áreas de Broca y de Wernicke, que en conjunto ayudan al proceso de obtención y abstracción de información.  Esta tomografía resulta de suma importancia para el tema central de este escrito, pues ya no hay solo un área específica de operación cerebral, sino que se observa con mayor afinidad la relación de producción de lenguaje y pensamiento.

Esto ocurre cuando nos cuestionamos sobre algún tema. Por ejemplo, en filosofía, cuando se habla sobre la justicia en algún caso o tema específico, lo primero a desarrollar es el desglose del concepto de justicia, es decir, ¿a qué se refiere con justicia, ¿cómo se está comprendiendo? Pensamos en conceptos e ideas relacionadas, por ello, se considera que las personas con mayor capacidad de pensamiento son las que tienen el hábito de lectura y, sobre todo, las que desarrollan la capacidad de relacionar temas de diferentes áreas, teorías e incluso conceptos para formular una idea general:

Estos postulados han sido base para el desarrollo de la comprensión de la relación del lenguaje y pensamiento en la neurociencia. El proceso neural del pensar conlleva procesos complejos de entendimiento. Ejemplo del desarrollo de tal proceso es el caso de Sebastian Seung, profesor de Neurociencia del MIT, presidente y director de Samsung Research, él propone un proyecto cartográfico de las conexiones interneuronales para comprender nuestro cerebro y mente: el proyecto conectoma8. Este proyecto propone una red cerebral capaz de encontrar las relaciones funcionales de nuestro cerebro conectadas para diversos procesos, entre ellos la configuración del pensamiento. Encontrar el conectoma humano completo es complicado, pues el crecimiento y desarrollo del ser humano se ven implicados en tales redes neuronales, por el proceso de aprendizaje, memoria y pensamiento que conllevan. Es decir, cada conectoma se ve modificado por el tiempo.

El proyecto del conectoma humano, tiene fundamentos en procesos cognitivos del humano, entre ellos el proceso del lenguaje y pensamiento. Se sabe que el proceso del pensamiento implica diversas redes neurales conectadas entre sí y estas varían según la persona, experiencias y vida misma. Por ello, no puede haber un conectoma igual para todos, pero si una cartografía que muestre los procesos base implicados.

Tras estos supuestos, en filosofía se desprende una rama encargada del estudio del lenguaje, no desde aspectos biológicos, sino en relación con la comprensión de los objetos de nuestra realidad9, a saber, filosofía del lenguaje. En este estudio encontramos relaciones importantes para la comprensión del pensamiento e incluso del conectoma humano, así como la relación de la imagen D del PET. La filosofía del lenguaje postula el lenguaje de primer orden y de segundo orden. El lenguaje de primer orden, refiere a la capacidad objetiva con la que nos dirigimos a las cosas. Por ejemplo, en este escritorio hay un florero con rosas rosas. El lenguaje de primer orden, nos da la capacidad de dirigirnos al objeto de manera específica, es decir, nombrar la cosa, en este caso la rosa o el florero o el escritorio.

En este caso, por ejemplo, el lenguaje de primer orden, no entraría en la tomografía D que exponíamos o como primer fundamento del conectoma porque no se encuentra una reflexión o abstracción de ese lenguaje. El lenguaje de primer orden lo obtenemos cuando comenzamos a articular nuestras primeras palabras, la primera relación con el lenguaje y la realidad10. Por ello, Seung sentencia que el conectoma no es inamovible porque va de acuerdo con el desarrollo del ser humano. No tenemos el mismo lenguaje e ideas que las que teníamos a los cinco años de edad.

En cuanto al lenguaje de segundo orden, lo podemos entender como la reflexión del lenguaje mismo. En la tomografía D, se presentaba la relación de palabras. No simplemente oír, leer o decir la palabra, sino pensar en una relación con otra palabra. Este acto potencializa el carácter del pensamiento, reflexión y abstracción. Con ello, la capacidad de relacionar conceptos para generar esas conexiones neurales que dan como resultado una idea.

Ante tales aspectos que mencionamos en este escrito, hay que puntualizar que cada uno tiene una gama importante de conocimiento y teoría que no desglosamos en estas líneas, pues la finalidad es puntualizar la relación entre dos disciplinas importantes para el conocimiento del ser humano. Con estos elementos preliminares, podemos sentenciar en primera instancia que el pensamiento no se centra en un aspecto central del ser humano, no es un área específica que podemos cambiar o modificar para potencializar la capacidad de reflexión, abstracción y pensamiento en un ser humano. Encontramos varias áreas implicadas en la comprensión de una función cognitiva que tomamos como base, pero en ella (el lenguaje) no radica todo el proceso del pensamiento. El pensamiento no se construye desde un área específica, es un proceso que se edifica con diversos elementos, en este escrito damos un esbozo general de un solo elemento implicado.

Referencias

[1] JARA, Victoria. (2012). “Desarrollo del pensamiento y teorías cognitivas para enseñar a pensar y producir conocimientos”. En: Revista Sophia: Colección de Filosofía de la Educación. Nº 12. Quito: Editorial Universitaria Abya-Yala, pp. 53-66

[2] S. Giménez-Roldán. (2017). “Una revisión crítica sobre la contribución de Broca a la afasia: desde la prioridad al sombrerero Leborgne” En: Neurosciences and History 2017; 5(2): 58-68

Foto del avatarAutor Mariana Stefania Serrano Ramírez

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